por Carolina Herrera | Jun 22, 2017 | Uncategorized
Pensar en positivo no siempre es fácil. Las pruebas, los obstáculos… Un día que sale todo mal… Sin embargo, numerosos estudios han demostrado que incluso ante ese tipo de días, una actitud positiva puede llegar a cambiar una situación adversa.
Por eso es importante enseñar a los niños a desarrollar el pensamiento positivo, ya que además les ayudará a encarar los problemas de forma diferente. Puedes utilizar, por ejemplo, este pequeño juego: el frasco de la felicidad para desarrollar el pensamiento positivo.
¿Cómo utilizar el frasco de la felicidad para desarrollar pensamiento positivo en los niños?
Un optimista… ¿nace o se hace? Es cierto que hay niños con una actitud más desinhibida ante los problemas y niños que en seguida se preocupan por las cosas más triviales. Sí, pero también es cierto que el positivismo se educa. Y no se trata de darle la espalda a la realidad, sino de aprender a enfrentarse a los problemas y a la realidad que no nos gusta desde el optimismo, es decir, con el convencimiento de que aquello que no nos gusta o puede arreglarse o, si no tiene solución, no debe amargarnos la existencia.
¿Sabes cómo puedes ayudar a tu hijo a desarrollar desde pequeño esa actitud positiva frente a la vida? Utiliza este pequeño juego, creado por la filósofa Elsa Punset: el frasco de la felicidad. ¿Sabes en qué consiste?:
- Es una técnica ideal para hacer en familia. Tanto tú como tus hijos escogeréis un frasco grande de cristal. Será el frasco de la felicidad. Puedes escribirlo con rotulador y colocarlo en un lugar visible de la casa.
- Cada día, todos, padres e hijos, tendrán que escribir lo mejor que les pasó a cada uno durante ese día y apuntarlo en un papel. Pueden ser cosas sencillas. Una palabra amable, una sonrisa o un examen que salió mejor de lo esperado… Al escribirlo, se grabará en el cerebro aunque no nos demos cuenta. Se dobla el papel y se introduce en el frasco.
- A los 6 meses aproximadamente, o bien cuando el frasco ya esté lleno, se sacan los papeles y se leen todos los mensajes positivos en familia.
¿Qué se consigue con la técnica del frasco de la felicidad?
Sabemos que el cerebro va aprendiendo mediante ‘prueba’, ‘error’ y ‘acierto’. Y hay dos actitudes diferentes frente a esto: una es derrotista. Otra, positiva. Está demostrado que una actitud positiva puede transformar algo negativo en una posibilidad de cambio. Es decir, que mediante el pensamiento positivo, los problemas pueden convertirse en oportunidades.
Gracias a esta técnica del frasco de la felicidad, conseguirás:
- Tu hijo aprenderá a reflexionar sobre las cosas buenas que le ocurren a lo largo del día.
- Tu hijo aprenderá a apreciar esos pequeños detalles que a menudo pasan desapercibidos. Cada vez que tu hijo escribe algo agradable que le pasó, lo recordará. El cerebro recuerda antes las cosas negativas porque la angustia hace que le demos vueltas una y otra vez. Las cosas positivas pasan desapercibidas. Sin embargo, al escribirlas y al volverlas a leer poco después, quedarán fijadas en el recuerdo.
- Tu hijo aprenderá a diferenciar los problemas pequeños de los realmente importantes.
- Enseñarás a tu hijo a ser agradecido.
- Mejorará la comunicación dentro de la familia
Fuente: www.guiainfantil.com
por Carolina Herrera | Jun 19, 2017 | Uncategorized
Nuestro cuerpo es una expresión gráfica de nuestro estado físico, emocional y mental. Revela las experiencias pasadas, presentes así como sentimientos no expresados. Existe una relación muy importante entre músculo y emoción. Las emociones ponen en marcha el motor. Incluso si tratamos de ocultar nuestros sentimientos, habrá activación muscular-micro momentánea. En nuestro cerebro la corteza cingulada anterior -la parte que se encarga de procesar las emociones- se encuentra justo al lado del área premotora -la parte responsable del control y ejecución de las funciones motoras voluntarias-. Estas dos partes de nuestro cerebro se conectan y ocurre un proceso de expresión emocional en el cuerpo.
La relación entre las emociones y el dolor físico es un ejemplo más de como el cuerpo es una extensión de nuestra alma. El cuerpo está diseñado para liberar a través del sudor, la orina, lágrimas, mucosas… Nuestro cuerpo constantemente está expresándose y liberando lo que no necesita. En la medicina alternativa la causa de todas las enfermedades responde a la acumulación de toxinas en el cuerpo por quedar saturada la capacidad de limpiarnos.
Somos energía y esto va más allá de un concepto de espiritualidad y ‘new age’. En nuestro cuerpo hay un flujo eléctrico que viaja a través de nuestros puntos meridianos, para estar sanos física y emocionalmente ese flujo energético debe recorrer libremente todo nuestro cuerpo.
Las emociones atrapadas o atascadas son, literalmente, bolas de energía, que vibran a diferentes frecuencias dependiendo la emoción, por ejemplo, la ira es una vibración diferente a la tristeza o inseguridad. Esos atascamientos impiden que nuestra energía fluya. Cuando la emoción no se expresa correctamente, esta migra a áreas específicas del cuerpo. Esa energía emocional bloqueada se manifiesta en forma de dolor.
Heidi Dupree dice que “la aparición repentina de dolor y presión no son indicativos de una lesión, sino de la presencia de emociones reprimidas”. La próxima vez que estés experimentando un dolor y no hayas sufrido algún golpe, piensa que sentimientos has estado reprimiendo.
Las emociones activan diferentes zonas del cuerpo, por ejemplo, un estudio reveló que las personas en relaciones inestables son más propensas a sufrir de problemas cardiovasculares que aquellas personas en relaciones estables. El mismo estudio también señaló que las personas que han sido heridas sentimentalmente con frecuencia, tienden a estar encorvados, lo cual es una postura muscular para proteger el corazón.
¿Qué emoción se oculta detrás de cada enfermedad?
‘La conexión cuerpo mente’ es el nuevo libro de Debbie Shapiro. En él explica cómo nuestros estados emocionales pueden favorecer todo tipo de enfermedades: hipertensión, disfunciones cardíacas o trastornos nerviosos de diferentes tipos. Las distintas dolencias pueden contribuir no sólo a transformar nuestra salud física, sino también a facilitar la curación a un nivel más profundo. El secreto está en descubrir y comprender los mensajes que encierran los desórdenes físicos para poder conocernos y vivir mejor. “Para entender esta conexión psicosomática, antes tenemos que reconocer que la mente y el cuerpo son un todo”, afirma la autora.
Para Shapiro, “demostrar el efecto de la relación psicosomática es sencillo. Sabemos que un sentimiento de ansia o nerviosismo puede dar lugar a un trastorno estomacal, estreñimiento o dolor de cabeza. Sabemos que el estrés puede ocasionar úlceras o, incluso, ataques al corazón; que la depresión y la infelicidad afectan a nuestro organismo hasta el punto que nos sentimos pesados y aletargados, faltos de energía; perdemos el apetito o comemos en exceso; nos duelen la espalda y el cuello… Sin embargo, la felicidad aumenta nuestra energía y nuestra vitalidad“.
El lenguaje psicosomático
“Es un lenguaje de fácil comprensión. Para comenzar, hay que develar cuál es nuestro conflicto interno. Luego, enfrentarnos a él y transformarlo en paz y armonía para lograr que la curación tenga efecto”, afirma la autora. Este es un listado de los problemas y dolores más frecuentes y sus posibles causas emocionales.
- Cabeza. Es nuestro centro de comunicación, el lugar desde donde conectamos con el mundo. Si nos duele, es porque sus arterias se han estrangulado y aceleran el pulso sanguíneo. La sangre transporta nuestros sentimientos (amor, aceptación, ira, odio o rechazo) y a través de las arterias y las venas damos y recibimos amor. El estrangulamiento de las venas de la cabeza suele indicar, por consiguiente, una incapacidad para expresar o recibir esos sentimientos.
- Cuello. Es el puente entre la mente y el cuerpo. Un cuello con poca movilidad indica la imposibilidad de ver en todas direcciones: se trata de una visión muy rígida y limitada, que supone obstinacióny una mentalidad estrecha. Puede, también, constituir una reacción a un estrés extremo que nos inculca el deseo de encerrarnos y limitarnos.
- Espalda. Es un espacio donde se mezclan símbolos y significados. Ahí es donde dejamos todo lo que no queremos ver o mostrar a los demás: es el lugar en el que enterramos sentimientos y experiencias que nos han causado daño o confusión. Por otra parte, contiene la columna vertebral, el elemento más importante de toda la estructura psicosomática, el pilar que sustenta nuestro ser y sobre el que se asienta el resto del cuerpo. El dolor de espalda indica un deseo de evadirse de algo, de volver la espalda a ello; o bien necesitamos librarnos de “un peso” que cargamos sobre ella.
- Alergias. Es una respuesta hiperactiva por parte del sistema inmunológico a un agente externo; esta respuesta se deriva de una causa interna. ¿A qué somos realmente alérgicos? O ¿ante qué reaccionamos de un modo hiperactivo? ¿Qué origina de verdad esa irritación y la fuerte respuesta emotiva de nuestro organismo? Las alergias tienden a indicar un nivel profundo de temor, un miedo a participar plenamente de la vida o a despojarse de las ayudas para ser autosuficientes. Además… ¿Nos servimos de una alergia para conseguir cariño?
- Corazón. Como centro del amor y núcleo de nuestras emociones, se asocia a toda la gama de sentimientos. Los ataques al corazón son una situación desesperada a través de la cual el cuerpo nos advierte que hemos ido demasiado lejos, que estamos prestando demasiada atención a aspectos materiales o que estamos luchando por conseguir algo de escaso valor real y no dedicamos suficiente atención a la familia o a los afectos.
- Hipertensión. El exceso de tensión emocional se debe, con frecuencia, a una alta presión sanguínea o una tensión nerviosa intensa. La causa reside en un profundo temor y falta de confianza, la sensación de que corremos peligro constante y debemos estar alerta. Esto puede atribuirse a alguna experiencia traumática en el pasado. Una respiración profunda y una total relajación son esenciales.
- Infecciones urinarias (cistitis). Se debe a una falta de expresión de los sentimientos negativos que tienen que ver con las relaciones (un 80% de los casos de cistitis se manifiestan en un momento de ruptura), así como a los temores y conflictos conectados con el renacimiento del propio ser más allá de las relaciones con los demás.
- Pies. Son el medio que nos permite guardar la estabilidad, avanzar y sentirnos seguros en la relación con el mundo. Los problemas en los pies indican un conflicto en la dirección y en la producción de movimiento, así como una falta de seguridad y estabilidad en nuestro entorno.
Y la lista sigue. Cada dolor, enfermedad o problema se genera, de acuerdo a Shapiro, en todas las emociones y sentimientos reprimidos que nos invaden. Reconocerlos y tratarlos es la clave para vivir mejor y de manera más saludable..
Los sentimientos son reacciones químicas que se reflejan en tu cuerpo como reacciones físicas a tus pensamientos. Aprende a eligir los pensamientos!!
Ilustraciones ‘Frida Khalo’ de Lulu -Mypinkturtle- Via Flirck
Fuente: naturalum.wordpress.com
por Carolina Herrera | Jun 16, 2017 | Uncategorized
Creemos consciencia para crear una visión diferente…
por Carolina Herrera | Jun 14, 2017 | Uncategorized
Cuarenta años de experiencia han sido el mejor argumento para que este profesional escriba un libro con sus vivencias y consejos para las madres.
Después de 40 años de experiencia como pediatra publica el libro «Tú eres la mejor madre del mundo» ¿Qué ha querido plasmar en esta obra?
No he pretendido escribir un manual. Simplemente, después de todos estos años de hablar con madres y recopilar experiencias, pensé que era un desperdicio no plasmar todas las cosas que he aprendido haciendo pediatría. Con este libro he rehuido de dar consejos de manual, así como de cualquier pretensión de hacer de gurú, algo muy fácil en esta sociedad. Y es que, cuando ha caído la familia tradicional y se leen cantidad de libros porque no se sabe a quién preguntar, muchas veces se recurre a gurús.
Dejar llorar al niño, cogerle en brazos. Educar, a veces, parece una cuestión de modas. ¿Cómo afecta a las madres este bombardeo de consejos ?
Justamente he querido escribir sobre ese bombardeo que sienten las madres de mensajes contradictorios. Las madres hoy en día hacen lo que pueden y hasta hace muy poco ellas eran las que se encargaban de todo. Sólo recientemente he empezado a ver padres en la consulta. Otro capítulo lo dedico a la culpabilidad. En mis años de experiencia he visto a madres sentirse terriblemente culpables porque sus hijos han cogido una bronquitis. Eso es algo que no sienten, por lo general, los hombres. El último capítulo lo dedico a decir que el mito de la buena madre no es verdad, porque para un bebé cada madre es la mejor madre y cada una hace lo que puede y sólo por eso es la mejor madre del mundo.
¿Por qué las madres se sienten tan culpables cuando vuelven a trabajar?
Porque la conciliación es mentira. Las madres van de carrera de obstáculos en carrera de obstáculos y no concilian, sacrifican. Los proverbios nos han hablado de la mujer hacendosa y cuando ella va a trabajar, si es porque necesita contribuir a la economía familiar, aún se disculpa más. Pero no así en las mujeres a las que les gusta su profesión y van a trabajar, no por necesidad, sino porque les gusta. Ahí es mayor el sentimiento de culpa. La mujer y el hombre tienen derecho a desarrollarse plenamente, a tener una paternidad bonita y a desarrollar su profesión sin culpa. Los gobernantes son culpables por no hacer leyes para conciliar. Hacen planes para rescatar a los bancos, pero no a las madres que quieren conciliar.
Tras estos 40 años de experiencia en consulta, ¿diría usted que las madres de ahora son más histéricas?
Hay un mito que dice que lo peor de la pediatría es tratar a las madres, y a mí me parece un mito absurdo. Al final te das cuenta que tienes que hacer caso de lo que te dice la madre, porque ella es la que mejor conoce a su hijo.
¿Deberían las madres confiar más en su instinto a la hora de cuidar de sus hijos?
Yo critico los libros que se basan en decir que sigas tu instinto, porque en realidad ese libro tendría que tener sólo una pagina. No hay un instinto de crianza, sino mecanismos de vinculación increíbles que son dirigidos por el bebé. Por eso, a un bebé hay que tratarlo con el mismo respeto que a otra persona, más porque está desvalido. Para mí, lo de dejar llorar es una barbaridad. Tú no vas por la calle y ves a una persona llorando y la dejas. La base de la crianza es tratar a los bebés como otras personas y no armar líos de que tienes que ser perfecto. La perfección no existe porque somos humanos.
Por Pino Alberola
Fuente: www.diarioinformacion.com
por Carolina Herrera | Jun 10, 2017 | Uncategorized
Guía para padres
Desde la paga semanal hasta la hora a la que debe llegar a casa, tu hijo siempre ha intentado conseguir un poco más, y eso lo ha convertido en un experto negociador. Y Si bien es perfectamente aceptable negociar con tu hijo, no es recomendable que todas las discusiones se conviertan en una negociación.
Durante los años inciertos de la adolescencia (ni del todo niño ni del todo adulto) tu hijo está en un momento de transición hacia la toma de decisiones importantes que le llevarán a ser el dueño de su propia vida. Esta evolución supone ya una negociación en sí misma.
Como padre o madre tratas de protegerlo, aunque sabes que es imprescindible fomentar en él un cierto grado de independencia. El adolescente, por su parte parece estar luchando por alejarse, al mismo tiempo que se aferra a la seguridad de la familia. Sin duda es una época confusa para todos.
Los años de la adolescencia no tienen que ser sólo de enfrentamientos y conflictos. Durante estos años, todavía tienes una enorme influencia sobre tu hijo, que necesita aprender habilidades efectivas y pertinentes para conseguir sus objetivos.
Él o ella tiene que entender el poder de la negociación y el sentido del compromiso. Es probable que ya estés utilizando estas estrategias, pero la próxima vez que haya un desacuerdo que puede llegar a convertirse en una situación tensa o caliente, intenta dar un paso atrás y pensar en la posibilidad de negociar formalmente con tu hijo adolescente.
Fomentar la autonomía
Tu hijo está empeñado en la busca de una mayor autonomía a la hora de tomar sus decisiones, lo que refleja y refuerza su aparición en el mundo de los adultos. Buscar maneras para que tu hijo tenga una cierta autonomía en el contexto de su vida familiar puede ayudar a reforzar el respeto mutuo.
Ten esto en cuenta a la hora de negociar con tu hijo adolescente. Encontrar maneras en que pueda demostrar su creciente capacidad de ser responsable supone un gran salto cualitativo en vuestra relación casi adulta.
La autoridad de los padres
Dicho esto, sigues siendo la figura de autoridad (padre o madre), y hay algunas cuestiones en las que tu decisión anula tanto las pretensiones de tu hijo como cualquier atisbo de autonomía.
Hay momentos en los que sólo tú sabes qué es lo mejor en una determinada situación. Estos son momentos en los que el tono de voz aumentará, y las negociaciones se convertirán en conflictos, pero es una lección que debemos aprender: no todo es negociable.
Una habilidad de por vida
La negociación es una habilidad de por vida. En el proceso, el adolescente aprende que a veces se gana y otras veces se pierde. Y la realidad es que se trata de un proceso en el que a largo plazo todos ganan.
Teniendo especial cuidado en fomentar estas habilidades durante los turbulentos años de la adolescencia estarás poniendo a tu hijo en una excelente posición para conseguir sus objetivos más allá de la seguridad que ahora le aporta su familia y su hogar seguro.
El motivo de este artículo es compartir una breve guía para padres, escrita por Emilio Pinto (solohijos.com), en la que bajo el título “¿Sabes negociar con tu hijo adolescente? Negociación, sí, chantaje no.”, su autor nos ofrece una serie de estrategias y consejos ilustrados con casos prácticos que a buen seguro te ayudarán en la difícil tarea de educar a un adolescente.
En palabras del propio autor:
“La negociación no ayuda solo a resolver conflictos entre padres e hijos y llegar a acuerdos entre ambos. Es importante porque les permite a los hijos “entrenarse” como personas adultas, porque se sienten valorados al respetarse su opinión. Porque les ayuda a ponerse en la piel de la otra persona, a ceder, a juzgar lo que es justo o no y a “aprender” del criterio razonado de los padres.”
Fuente: psicopedia.org
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