por Carolina Herrera | Abr 24, 2019 | Uncategorized
Nunca ha sido tan fácil conectarnos con los que tenemos lejos; quizá por eso las relaciones a distancia se multiplican. Presentan desafíos particulares pero, si los franqueamos, el vínculo de pareja puede salir reforzado.
1. Virtual no es lo mismo que ficticio
Las relaciones a distancia no son nuevas pero sí es nuevo que sean altamente dependientes de la tecnología. Es a través de esos canales por los que circulan la mayoría de los encuentros e intercambios. Pero hay que diferenciar virtual de ficticio: los encuentros virtuales pueden no ser corpóreos, pero son verdaderos.
Démosle el valor que tienen, puesto que tienen capacidad de despertarnos sentimientos y transformarnos, del mismo modo en que lo hacen los encuentros cara a cara. Las citas virtuales son tan importantes e imprescindibles como las citas cuerpo a cuerpo.
2. Reforzar los lazos íntimos
Los encuentros virtuales ofrecen una ventaja de oro frente a los corporales: al saber que la comunicación es limitada, la aprovechamos más. Según un estudio publicado en Journal of Communication, cuando el grado de sincronización que alcanzan estas parejas al comunicarse es alta y la calidad de las comunicaciones es buena, se pueden establecer lazos más íntimos que los que se dan en una relación normal. Así pues, exprimamos al máximo esos encuentros para salir reforzados.
3. Dejar un lugar para el sexting
Un escollo que no pueden salvar las parejas que viven separadas es la falta de sexo. No obstante, las nuevas tecnologías ofrecen también mil opciones para practicar sexo online o sexting, envío de mensajes sexuales. Este sexo no tiene por qué ser menos placentero y, en realidad, ofrece la oportunidad de explorar nuestras fantasías más íntimas y de aprender sobre lo que excita a la pareja.
Guiar a la otra persona para que busque sus puntos de placer, enseñar cómo nos autocomplacemos, mostrar nuestro cuerpo… Hay que sacudirse el pudor y entregarse a estos juegos.
4. Organizar… pero también improvisar
Sobre todo si las dos personas se encuentran en diferentes zonas horarias, conviene acordar qué días o a qué horas sería más fácil comunicarse. Esto es importante para no perder tiempo a diario en la organización de las citas y terminar sufriendo de la infame sentencia: “Lo urgente no deja tiempo para lo importante”.
Sin embargo, sería preferible no establecer un horario rígido e inflexible. Hay que dejar algo de lugar a la improvisación. Si todas las interacciones son pautadas y agendadas, la relación puede terminar transformándose en una obligación, y eso puede acabar pasando factura a la pareja.
5. Compartir detalles de lo cotidiano
Podemos estar tentados de aprovechar las comunicaciones para explicarnos solo las noticias importantes. Sin embargo, no hay que olvidar que una gran parte de la vida en pareja consiste en compartir las cosas nimias de todos los días.
Y aunque las relaciones a distancia no dejan lugar para tomar un café juntos, visitar una exposición o ir al cine, eso no quita que no podamos compartir esas experiencias banales. Por ejemplo, podemos explicarnos qué nos ha gustado más de una exposición, servirnos un café los dos mientras hablamos o incluso ver una película o serie al mismo tiempo desde dos lugares distintos y comentarla en tiempo real.
6. Controlar los celos infundados
Un fantasma habitual en las relaciones a distancia es que no se controla del todo qué hace o cómo vive la otra persona. Es la situación ideal para que, si alguien tiene tendencia a sufrir celos, estos afloren. Es fundamental aprender a confiar en nuestro compañero y trabajar en el respeto mutuo.
Intentar controlar lo que el otro hace a través de las redes sociales es una mala estrategia: rápidamente nuestra pareja nos empezará a percibir con un “ojo espía” o un control policial.
7. Planificar encuentros eventuales
¿Hasta qué punto son necesarios los encuentros físicos y cada cuánto? Cada pareja debe establecer cuántas veces necesitan verse al año para que la relación fluya sin percibir carencias afectivas. Puede ocurrir que para uno de los integrantes de la pareja los encuentros sean más imprescindibles: hay que negociar y llegar a un acuerdo.
Además, conviene optar por la practicidad. Por ejemplo, si la distancia entre las dos personas es muy amplia, se pueden citar en un punto intermedio para facilitar las cosas.
8. Revisar nuestros acuerdos
Las relaciones a distancia no son ni mucho menos estáticas. Pueden progresar con el paso de los meses, tal como ocurre en el caso de una pareja que convive en una misma casa. Las circunstancias personales de cada uno pueden cambiar (por ejemplo, un exceso de trabajo puede repercutir en el tiempo que se dispone para comunicarse) y también pueden evolucionar las necesidades afectivas.
Conviene evaluar la relación de vez en cuando y negociar los acuerdos si es necesario, adaptándose a los nuevos escenarios que se vayan presentando.
9. Ignorar los juicios de valor
Las personas que mantienen relaciones a distancia reciben muchas críticas y son animadas constantemente a abandonar.
No hay que perder de vista que aquellos que no comprenden cómo funciona una relación a distancia tienen tendencia a juzgar. No hay que prestar atención a estos comentarios. Si lo que la relación brinda es satisfactorio para ambos, la mirada reprobatoria de los demás no debe ser un condicionante.
Fuente: cuerpomente.com
por Carolina Herrera | Abr 17, 2019 | Uncategorized
Por Carolina Sances, psicóloga infanto-juvenil
De las situaciones familiares más comunes que veo en mi trabajo, la separación de los papás está dentro de las más dolorosas. Cada vez que escucho estas historias me vuelven a conmover la tristeza, la culpa, la rabia, la impotencia y el dolor que veo en los ojos de quien tomó la decisión, en los de quien fue “informado” por su pareja que ya no seguirían un camino común y, sobre todo, en los de los hijos.
Quienes hemos pasado por el duelo de una separación, sabemos lo doloroso que es ver sufrir a los hijos por una decisión que no les pertenece y que, por más que intentemos explicarles, poco entenderán, por lo menos mientras sean niños o adolescentes. ¿Cómo ser capaz de explicarle a un(a) hij@ la situación, si puede ser que ni siquiera los adultos comprendamos bien lo que estamos viviendo?, ¿cómo darle la certeza de que hay algunas relaciones de amor que pueden romperse, pero que la nuestra con él/ella, jamás se romperá?, ¿cómo devolverle la tranquilidad y estructura cotidiana, si después de una separación, muchas veces nosotros mismos no sabemos cómo reorganizar y reconstruir nuestras vidas?, ¿cómo seguir siendo una figura segura, confiable y estable para él/ella, si por dentro nos invade la sensación de miedo e incertidumbre?, ¿cómo estar lo suficientemente presente en este momento doloroso de su vida, si ya no vivo con él/ella o si ahora debo trabajar más para paliar los efectos económicos de la separación?, ¿cómo lograr relacionarme con mi ex pareja, con quien tenemos tantos conflictos y llegar a acuerdos que beneficien a nuestr@ hij@?
En fin, son muchas las preguntas que nos hacemos y que sólo con mucho esfuerzo y la perspectiva que da el paso del tiempo, vamos siendo capaces de responder con mayor o menor dificultad, porque además, cada una de estas preguntas adquieren un matiz distinto dependiendo de la edad que tengan nuestros hijos en el momento de la separación.
Es así como en el caso de l@s hij@s adolescentes, esta crisis adquiere matices particulares a los que debemos estar atentos. El principal es que están viviendo una etapa donde la tarea fundamental es la construcción de la propia identidad (ver articulo Intensamente: cómo piensan y sienten los adolescentes), por lo que se tornan urgentes las preguntas acerca de quién soy, cómo me ven los otros y cómo me diferencio y me relaciono con ellos, quién soy yo en este colegio, en este grupo de amigos, con respeto a mis hermanos, en ésta determinada familia y frente a estos padres.
Al ser un aspecto muy vulnerable en ell@s y a la vez muy influenciable por el contexto, es común que luego de la separación de sus padres, experimenten una sensación de sacudida de su identidad y de gran confusión, al modificarse una de las brújulas que orientan su proceso de identificación.
Pero cada historia es distinta, por lo que no podemos hablar de “los separados”, “los hijos de padres separados” y menos de “los efectos sobre los hijos”, de forma genérica, porque las repercusiones que ésta tenga dependerán de múltiples variables.
Sin embargo, se ha demostrado que la variable más influyente en las dificultades que pueden tener los hijos, es el grado de conflicto que exista entre los padres antes y después de la separación, considerando su intensidad, frecuencia y la forma como éstos se resuelven y se expresan. Es esto lo que marca la diferencia entre que una separación sea solamente una crisis vital o sea una situación traumática para los hijos.
Por lo demás, hoy sabemos que es realmente posible ayudarlos a irse adaptando de mejor manera al proceso de separación e incluso, salir fortalecidos emocionalmente de éste.
A continuación les comparto algunas ideas que pueden dar luces acerca de lo que deberíamos estar atentos en un proceso de separación, contribuyendo así a un duelo más sano en nuestros hijos adolescentes pero, con ciertos matices, se pueden aplicar perfectamente a niños más pequeños:
- EVITAR ABSOLUTAMENTE INVOLUCRAR A LOS HIJOS EN EL CONFLICTO ENTRE LOS PADRES: Esto implica no usar a l@s hij@s como mensajeros, ni como armas para expresar nuestra rabia contra el otro, no emitir juicios descalificatorios respecto del otro padre delante de los hijos, no discutir delante ellos, en fin, puede sonar un poco obvio, pero en medio de la rabia, el estrés, los conflicto no resueltos y las complejas historias que implican una separación, podemos caer en esto bastante fácilmente.
- OJO CON HACER COMO SI SE SIGUIERA SIENDO UNA FAMILIA INTACTA: En ocasiones los padres separados intentan mantener la vida familiar como si nada hubiera pasado, como manera de disminuir el impacto de la separación sobre sus hijos, sin embargo, esto puede crear falsas expectativas en los hijos y escenarios confusos para ellos. Con lo doloroso que pueda resultar, marcar la separación como un hecho real, los ayudará a adaptarse a su nueva vida y a abrirse a la posibilidad de una nueva forma de ser familia. Por otra parte, con el paso del tiempo, lo más probable es que aparezcan en el escenario las nuevas parejas de los padres, con lo que necesariamente se “marcará” la separación de una manera quizá más conflictiva y difícil de manejar.
- GENERAR LA MENOR CANTIDAD DE CAMBIOS POSIBLES: Al menos durante el primer año, es recomendable tratar de no generar otros cambios en la vida de nuestr@ hij@ adolescente, procurando que pueda mantener las relaciones con amigos, familiares, vecinos, colegio, centros deportivos, etc., de manera que no se desestabilicen otras áreas de su vida, para que sigan alimentando y manteniendo su proceso de construcción de identidad.
- TENER UN ESPACIO PERSONAL EN LA CASA DE AMBOS PADRES: para los adolescentes su pieza y su espacio privado es fundamental, por lo que se recomienda que siempre haya un lugar especial para ellos en la casa de ambos padres. Evitar que sea la pieza de alojados, sino que un espacio decorado a su gusto y que le permita sentir ambas casas, como realmente propias.
- OJO CON LA MADUREZ EXPRESS: Es bastante común que algunos adolescentes muestren una sobreadaptación en un principio, mostrándose por ejemplo, comprensivos y apoyadores con alguno de los padres durante las crisis. Es como si presentaran una brusca e inesperada madurez, que puede hacer pensar que la situación no les afectó demasiado. No obstante, se ha observado que quienes presentan estas reacciones, en algún momento en el mediano plazo, muestran dificultades ya sea emocionales, académicas o conductuales. Y es que si bien los adolescentes pueden ser más capaces que los niños de comprender las razones de sus padres para tomar la decisión de separarse, es normal e incluso saludable que por lo menos temporalmente, presenten algún tipo de alteración, ya sea emocional, conductual y/o bajas en el rendimiento escolar.
- ACUERDOS EN LA CRIANZA: Este puede ser uno de los puntos más difíciles, porque no solamente implica ponerse de acuerdo con alguien con quien es probable que tengamos muchos conflictos, sino que también asumir que, en la medida que cada uno de los padres vaya construyendo su propia vida de manera independiente, también irá ejerciendo su propia forma de ser padre. Esto requiere cierta flexibilidad, porque seguramente habrá cosas con las que no estaremos de acuerdo, pero por lo menos en los aspectos más importantes de la crianza, es necesario tener como meta llegar a acuerdos para se tenga una orientación común.
- LA IMPORTANCIA DE LA RECUPERACIÓN DE LOS PADRES: Esto tiene una gran relevancia en la evolución que tengan sus hijos. Con esto me refiero a la recuperación emocional de ambos, a que el padre que se fue de la casa encuentre un lugar más definitivo donde vivir, a que ambos reorganicen sus rutinas, en fin, que ambos sean capaces de recuperar su autoimagen, su autoestima y reconstruir sus vidas. Reconocer genuinamente que gran parte de nuestro bienestar depende del de nuestros hijos y que gran parte del de ellos, depende del nuestro, nos podrá inyectar energías para rehacer nuestras vidas e ir avanzando en el duelo y si vemos que nos está costando mas de la cuenta, buscar ayuda profesional puede ser muy recomendable.
Fuente: mamadre.cl
por Carolina Herrera | Abr 10, 2019 | Uncategorized
¿Sabes qué son las personas vitamina? En este artículo hablo sobre sus características y todos los beneficios que aporta rodearte de estas personas opuestas a las personas tóxicas.
Encarni Muñoz Psicoterapia
Mucha gente habla sobre las personas tóxicas, de hecho, el término se ha hecho tremendamente famoso. No obstante, no se habla tanto de las personas vitamina, que es el opuesto a las personas tóxicas.
¿Qué son las personas vitamina?
Son esas personas que trasmiten buena energía, que te recargan el ánimo y que cuando vuelves para casa llegas con mucho mejor humor, más positivo/a y entusiasta, con ganas de comerte el mundo y con agujetas en la mandíbula de reír.
Y no es que solamente se haga broma y se hable desde el humor, también se pueden exponer problemas y situaciones tensas, pero el resultado es ver la vida desde un punto de vista más optimista y resolutivo y no desde la queja y el recrearse en ella.
¿Cómo saber si eres una persona vitamina?
Las personas vitamina tienen una manera de ver la vida determinada, apreciando unos valores y actitudes frente a la vida concretas:
- Escucha activa y empatía: Estas personas son capaces de quedar contigo y estar todo el tiempo escuchándote y entendiendo lo que le explicas sin acaparar ellas ese rato. Son capaces de entender las necesidades y los momentos. Ese café no se convierte nunca en una pelea por ver quien habla más o la típica frase “pues a mí…”
- Capacidad resolutiva: Frente a los problemas proponen soluciones. Se escucha la situación pero evitan recrearse y que te recrees en el problema. Te ayudan a salir de ese pozo de la queja y se centran en la búsqueda de soluciones.
- Optimismo: La tendencia es a ver el vaso medio lleno siempre y a hacer fuerzas de flaqueza. Tienen la capacidad de ver el lado positivo de todo y ante la adversidad, nunca dramatizan ni te hacen dramatizar. Te ayudan a ver la parte buena o a buscar el aprendizaje de cada situación vivida, de cada error y de cada experiencia.
- Sentido del humor: Las carcajadas con las personas vitamina están aseguradas. Quedar con ellas se convierte en pasarlo bien la mayor parte del tiempo. Se utiliza el humor, se hacen bromas (no pesadas), se habla de lo bueno y lo bonito de la vida, tienen y te trasladan una energía positiva que se va contagiando por donde vas, se recargan las pilas y disfrutas de los momentos degustándolos pro completo.
- Evitación de la crítica a los demás: El foco no se pone en los otros. Así como las personas tóxicas necesitan sentirse por encima de los demás y critican a todo el mundo para sentirse mejor con ellas mismas, las personas vitamina nunca harán eso. No quiere decir que no critiquen nunca ni se quejen, también tienen derecho a hacerlo, pero no se centrarán en criticar a los demás como su deporte nacional.
- Viven el presente: Recrearse en lo que pasó y ya no se puede cambiar no sirve para nada, del mismo modo que no se puede hacer nada con el futuro que aún no ha llegado y no se puede actuar en él. Las personas vitamina lo saben y viven el presente intensamente.
¿Qué beneficios aporta ser y/o rodearse de personas vitamina?
- Mejora el estado de ánimo y la salud: Está demostrado científicamente que reírse cada día hace tener una mejor calidad de vida, previene enfermedades cardiovasculares y trastornos psicológicos. Si te rodeas de personas vitamina tus días serán más divertidos y alegres, y por tanto, tu estado de ánimo general se acabará contagiando de ello.
- Ayudan a ser más resolutivos: Recrearse en los problemas no es la solución. Una cosa es desahogarse, lo cual está bien, pero una vez expresados dichos problemas, hay que buscar soluciones y alternativas para mejorar la situación. Además, aprendes a poner el foco en ti y no en los demás. Tendemos a compararnos con los demás y es fácil salir perdiendo porque siempre habrá alguien que sea más hábil o mejor que nosotros en algo. Por tanto, es mejor centrarse en uno mismo, compararse con uno mismo en otros momentos de la vida, ponerse retos y valorar los pasos logrados.
- Te sirven de referente para trabajar el optimismo: El pesimismo no sirve para nada. Hay quien cree que te previene y te prepara para lo malo, pero no es cierto. Cuando suceden cosas negativas te entristeces igual, así que es mejor pensar que las cosas pueden ir bien porque como mínimo, el tiempo de incertidumbre lo vivirás mejor, tu mentalidad y tu predisposición hará que seas más proactivo y el resultado generalmente es mejor que si tu actitud frente a la vida es pesimista. No es nada mágico, es simplemente que tu actitud a veces puede hacer cambiar las cosas y el resultado de las cosas. Rodearte de gente optimista te sirve de modelo para actuar y pensar como esas personas y empezar a cambiar tu actitud frente a la vida.
- Mejora tu autoestima: Si eres más optimista, tu estado de ánimo mejora y eres más resolutivo/a, es bastante probable que tiendas a ser más benevolente contigo mismo/a, te valores más, te autoelogies, no re recrees tanto en tus errores ni en los de los demás y por tanto, tu autoestima mejore.
- Puedes acabar siendo tú mismo/a una persona vitamina: Si todo lo anterior se produce, mejora y lo hace durante un tiempo suficiente como para que se acabe convirtiendo en tu filosofía de vida, es bastante probable que acabes siendo tú también una persona vitamina. Genial, ¿no?
Para acabar, quédate con este mantra: Vive para el hoy, elige ser feliz.
Fuente: mundopsicologos.com
por Carolina Herrera | Abr 3, 2019 | Uncategorized
¿Qué puedes hacer si tu hijo tiene un amigo imaginario? ¿Es algo de lo que debas preocuparte? Hoy explico cuando aparece, qué debes hacer y qué debes evitar si tu hijo juega con uno.
Encarni Muñoz Silva
La reacción más habitual es preocuparse si te enteras de que tu hijo tiene un amigo imaginario. ¿Estará muy solo?, ¿tendrá problemas?, ¿y si tiene algún trastorno mental? Parece extraño que un niño tenga un amigo imaginario, sin embargo es algo bastante habitual, de hecho dos de cada tres niños menores de 8 años tienen en algún momento de su vida un amigo imaginario. Muchas veces los padres no se dan ni cuenta, porque no lo verbalizan abiertamente. Simplemente forma parte de su juego y lo hacen de forma espontánea y natural durante un tiempo, hasta que dejan de jugar con ese «amigo».
¿Tengo que preocuparme?
Realmente es una virtud que se va perdiendo con los años, esa capacidad creativa, pero no todos los niños tienen tanta como para crear un amigo imaginario. Si el niño es capaz de crear un personaje y hacerlo real e incluso disfrutar del juego compartido, es algo que de adulto no puedes hacer. Ese amigo se irá solo como ha venido cuando el niño cambia su pensamiento a uno más racional, y eso sucede a partir de los 8 años aproximadamente. A veces es un personaje totalmente inventado y en otras ocasiones es un muñeco que «cobra vida».
En cuanto a la pregunta de si se sentirá solo y por eso ha creado ese personaje, no necesariamente. Los niños siempre prefieren jugar con niños reales, así que en un primer momento se puede llegar a pensar que si tuviera un hermano no sería necesario que tuviera un amigo imaginario, pero a veces tener un hermano no es garantía de que no exista el amigo imaginario. Puede ser un niño muy sociable y tener amigos y a la vez tener un amigo imaginario con el que juega cuando le apetece o cuando está solo.
¿Cuándo hay que preocuparse?
- Lo preocupante de los amigos imaginarios es que hablen de ellos como niños agresivos, lo cual puede estar avisándonos de que algo no va bien emocionalmente.
- Si el amigo imaginario tiene súper poderes, hay que tener cuidado por si quiere copiar o imitar las cosas que hace su amigo.
- También puede alertarnos que el niño prefiera jugar con niños imaginarios a jugar con niños reales. Quizás eso quiere decir que el niño tiene problemas a la hora de relacionarse, es tímido o le han dejado de lado sus amigos.
¿Qué puedes hacer si tu hijo tiene un amigo imaginario?
- Deja que hable contigo de su amigo: Si te habla de él, no le cortes ni prohíbas que hable o juegue con él. Si lo haces, le estás dando más importancia a algo que no la tiene, y puede que ese amigo imaginario tarde más en irse. Que te explique cosas de lo que hace es bueno, porque quiere decir que confía en ti y que tenéis una buena comunicación.
- No incites a hablar del amigo: Del mismo modo que no hay que prohibir, tampoco hay que fomentar que se hable continuamente del amigo imaginario. Que sea algo natural no quiere decir estar sacándolo a relucir en cada momento.
- Observar el juego del niño: Es importante ir observando de vez en cuando cómo juega, las conversaciones que tiene y detectar las alarmas anteriormente comentadas.
¿Qué debes evitar en estos casos?
- Preocupar y generar un problema de lo que sucede: Evidentemente si no es un problema no hay que tratarlo como tal. Cuando el niño te hable de su amigo no muestres preocupación, normaliza la situación y actúa con interés por tu hijo. Por tanto, no es necesario que lo lleves al psicólogo por tener un amigo imaginario, ni alertar a profesores o familiares, y mucho menos ridiculizar al niño o hacerle sentir vergüenza por su forma de juego.
- Prohibir el juego con el amigo imaginario: La prohibición sólo hará que aumente su interés y lo haga de forma clandestina por lo que puedes conseguir el efecto contrario. Deja que su evolución personal siga su curso normal.
- Castigar por lo que hace con su amigo imaginario: Si cada vez que le escuchas o ves jugar con su amigo imaginario le castigas o riñes, le provocarás insatisfacción, se pondrá triste, no entenderá esa prohibición e incluso puede mermar su autoestima. En realidad no está haciendo nada malo, así que no le castigues por eso.
- Permitir que el niño culpe a su amigo imaginario de comportamientos propios: Una cosa es que juegue con un amigo imaginario y otra que le sirva de excusa para salirse de rositas. Si ha actuado de forma incorrecta y acusa a su amigo imaginario de ello, habla con él para hacerle responsable y ayudarle a ser consecuente de sus actos.
Para acabar me gustaría hacer mención a una película, «Inside Out» (Del Revés). Es una película a la que hago mención muchas veces porque tiene una tremenda carga psicológica y psicoeducativa (para adultos, no sólo para niños). En esta película aparece un personaje secundario en un momento dado, cuando se habla de los recuerdos que están en el olvido, es una especie de elefante rosa que fue el amigo imaginario de la protagonista. Es interesante ver la visión que se da de ese amigo así que te recomiendo que veas esta película, y si ya la has visto, ¡vuelve a echarle un vistazo! Siempre se pueden aprender cosas nuevas.
Fuente: mundopsicologos.com
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