Reprocesamiento de Experiencias Traumáticas en Psicoterapia

Reprocesamiento de Experiencias Traumáticas en Psicoterapia

 

Uno de los objetivos en psicoterapia es tratar experiencias adversas o traumáticas de la vida que han contribuido a diversos problemas psicológicos.  

Cuando una experiencia es procesada exitosamente, ya sea de manera positiva o negativa, se almacena de manera adaptativa y se integra con otras experiencias similares, tanto sobre uno mismo como sobre otros. Sin embargo, hay eventos que, al ocurrir, no pudieron ser comprendidos, procesados ni asimilados. La intensidad y gravedad de un suceso supone un agobio emocional y racional que la persona es incapaz de digerir por sí misma. Estos eventos quedan almacenados como traumas. Las alteraciones del sistema de procesamiento de la información, debido a estados de alta activación provocados por estas experiencias, dan como resultado memorias inadecuadamente procesadas y desadaptativamente almacenadas. Los recuerdos pueden ser imprecisos, formas borrosas que van y vienen de los lugares recónditos de la memoria. Esta información traumática queda almacenada en la mente, dejando a la persona vulnerable para la aparición de síntomas y/o cuadros psicopatológicos.

 

Los recuerdos con intenso contenido emocional se consolidan en la amígdala en lugar del hipocampo. La superproducción de adrenalina du situaciones de alta emotividad facilita la retención de información, lo que explica por qué la mayoría de las personas recuerda vívidamente ciertas experiencias intensas pasadas que han estado cargadas de estrés o de emoción. Las imágenes de un suceso traumático pueden invadir la conciencia de la persona, además pueden aparecer pensamientos repetitivos indeseados, pesadillas y alteraciones de la memoria o recuerdos parciales con una gran intensidad emocional que surge inesperadamente. Las imágenes y los pensamientos invasivos de los sucesos emocionales negativos refieren a fragmentos significativos de la memoria del trauma, y estos interfieren negativamente en la adaptación de la persona a la vida cotidiana.

 

 

Es fundamental ayudar a la persona a reprocesar estos eventos traumáticos, lo que le permitirá comprender más adaptativamente lo que antes no pudo. Los eventos traumáticos pueden transformarse en recuerdos tolerables y coherentes, que se integren en la biografía de la persona, sin interferir negativamente en su vida cotidiana actual ni futura. 

 

Con un adecuado proceso de psicoterapia, quienes han sufrido experiencias difíciles, pueden superar estas vivencias y llevar una vida gratificante. Es posible mirar y enfrentar lo que más duele y deshacer ese dolor; por lo tanto, es factible que las personas consigan reconciliarse consigo mismas, reconectarse con lo que sienten, aprendan a cuidarse y logren tomar las riendas de sus vidas. Tratar los traumas es esencial para la salud mental y emocional, y la psicoterapia es una herramienta fundamental en este proceso.

 

Por Michelle Oberreuter Gallardo

La Terapia Brainspotting en qué consiste

La Terapia Brainspotting en qué consiste

¿Has oído hablar de la terapia Brainspotting? Probablemente no, porque no es una terapia demasiado conocida ni extendida. Sin embargo, puede ser una gran opción a la hora de aliviar la tensión física y emocional derivada de sucesos traumatizantes.

¿Qué es exactamente el Brainspotting?

Para explicar qué es el brainspotting, lo mejor que podemos hacer es explicar de dónde viene el término. Y es que, como puedes suponer, “brainspotting” es un término inglés, que significa, literalmente, “punto cerebral”.

Este es un método muy innovador que viene utilizándose en psicología desde hace relativamente poco tiempo, y que consiste en abordar el sufrimiento de una forma más profunda y transformadora que otras técnicas.

De esta forma, se puede ayudar a la persona que está sufriendo a recuperarse de las heridas emocionales que un evento traumático le ha causado.

Esta técnica, como decimos, es bastante novedosa. De hecho, fue descubierta en el año 2003 por el psicoterapeuta David Grand, mientras estaba practicando terapia EMDR con sus pacientes.

Durante una de estas terapias, se dio cuenta de que, cuando reducían los movimientos oculares, podían procesar las experiencias traumáticas de una forma más tolerable, sin un impacto tan elevado.

Es decir, Grand se dio cuenta de que las personas mostraban reacciones reflejas poco frecuentes cuando sus ojos se encontraban en determinadas posiciones.

Y es así como desarrolló el brainspotting, que consiste en conectar las reacciones emocionales y las reacciones físicas que una persona tiene en la actualidad con los eventos traumáticos del pasado. Con ello, se puede identificar el “punto cerebral” y, con trabajo, liberar las emociones de la experiencia traumática que han quedado bloqueadas.

¿Por qué las experiencias traumáticas se quedan bloqueadas en el cerebro?

Todas las experiencias estresantes que podemos considerar una amenaza pueden acabar por convertirse en un trauma. Es un mecanismo normal del cerebro, porque busca protegerse (y protegernos). Sin embargo, el hecho de que busque algo, no significa que lo consiga. De hecho, a menudo, esos mecanismos de protección son contraproducentes.

Esto se ve, especialmente, cuando los traumas se derivan de una situación difícil que hemos pasado en algún momento, y para la cual no hemos contado con el apoyo adecuado (algo fundamental a la hora de procesar emociones negativas e integrarlas en nuestra vida).

El resultado de esto es que la experiencia negativa se queda grabada en nuestro cerebro y se transforma en un trauma que se activa en distintas situaciones y que, como ya debes saber, afecta negativamente a nuestro equilibrio emocional y físico.

Esto, que podría sonar muy etéreo, lo cierto es que ha sido confirmado por estudios de la Universidad de Harvard, en los cuales se ha podido ver que las huellas dolorosas quedan grabadas en el cerebro, activando la amígdala, el núcleo del miedo y la corteza visual.

Esto es muy importante, porque, cuando una experiencia negativa se procesa correctamente, ésta pasa a formar parte de la narrativa vital de la persona, por lo que, al recordarla, el área del cerebro que se activa es el área de Broca, responsable del lenguaje.

Es decir, hay una relación clara entre las áreas del cerebro que se activan para un mismo suceso emocional doloroso procesado correctamente y uno procesado incorrectamente.

Teniendo esto en cuenta, el secreto del brainspotting reside en que la mayoría de las personas, cuando recuerdan las experiencias traumáticas, experimentan un nivel de excitación fisiológica que puede ser excesivo para ellas, y acaba conllevando que no procesen adecuadamente la situación (lo que impide su mejoría).

Con el brainspotting, en cambio, se pueden integrar las zonas relacionadas con la información visual y somatosensorial, lo que permite que la memoria reajuste el trauma sin necesidad de que aparezcan ansiedad ni angustia, que es lo que sucedía con los métodos y las técnicas tradicionales.

Cómo funciona el Brainspotting

Pero… ¿Cómo se aplica exactamente la técnica? Pues lo cierto es que el brainspotting no es más que una posición concreta del ojo, que se vincula con una activación de un circuito neuronal concreto en el cerebro, que es el que almacena la información sobre nuestra vida.

El psicoterapeuta buscará ese punto mientras mueves los ojos (y te pregunta, por ejemplo, si sientes más o menos ansiedad, etc). Y, una vez detectado ese punto, se trabajará en la terapia propiamente dicha, mientras mantienes la mirada fija en esa dirección.

Puesto que cuando miras en esa dirección el cerebro está en proceso de recuperar recuerdos y procesarlos, es normal que aparezcan reacciones fisiológicas y psicológicas razonablemente fuertes. Pero es en eso sobre lo que hay que trabajar para que se produzca la sanación emocional.

Parece magia, pero no: Es ciencia.

Como puedes ver, la terapia Brainspotting es una gran forma de aliviar la tensión física y emocional que se deriva de sucesos que causan lesiones emocionales. Por tanto, si has tenido algún trauma, deberías valorar la posibilidad de someterte esta terapia.

Fuente: www.psicoactiva.com

La «Caja de Arena» ¿Qué pasa en nuestro cerebro cuando jugamos?

La «Caja de Arena» ¿Qué pasa en nuestro cerebro cuando jugamos?

La técnica psicoterapéutica de “Caja de arena” o Sandplay fue creada por la psicoterapeuta suiza Dora M. Kalff (1904-1990), a partir de la psicología analítica de Carl Gustav Jung y el trabajo de Margarita Lowenfeld, psiquiatra infantil.

“Sandplay es el método que utilizo en terapia tanto con niños como con adultos para acceder a los contenidos del inconsciente. Como su nombre lo sugiere, consiste en jugar en una caja de madera especialmente proporcionada… Se ofrece así mismo la arena seca y húmeda. Los pacientes también tienen a su disposición un número de pequeñas figuras con las cuales ellos dan realización formal a sus mundos internos.

Las figuras que pueden elegir, deben ofrecer de la manera más completa posible, una muestra representativa de todos los seres animados e inanimados que podemos encontrar en el mundo externo así como en el mundo imaginativo interno…” (Dora Kalff. Journal of Sandplay Therapy, volumen 1, número 1, 1991).

Así, para trabajar con esta técnica debemos contar con un material específico para ofrecer a la persona que está en nuestra consulta: una bandeja pintada de azul, con arena, y una variedad de figuras accesibles.

Las figuras deben incluir distintas categorías: personas, elementos de cómics y películas, fantasía, elementos místicos y espirituales, animales salvajes/de granja/prehistóricos, construcciones y viviendas, elementos domésticos, comida, vegetación, ítems naturales, medios de transporte…

Se considera esta técnica proyectiva un medio por el cual tanto niños como adultos pueden traer el contenido psíquico a la consciencia, a través de un juego con esencia no verbal y simbólica, en un ambiente facilitador generado por el terapeuta.

Facilita la expresión y elaboración de sentimientos y conflictos internos, teniendo valor diagnóstico y terapéutico en niños y adultos. Las escenas creadas se pueden considerar una fotografía tridimensional de la psique.

La caja de arena como técnica de juego

Como técnica de juego, la Caja de Arena invita a la curiosidad y a la exploración, convirtiéndose así en medio de comunicación y vehículo de expresión y representación simbólica respecto a cómo nos sentimos. Promueve el crecimiento y el desarrollo integral a nivel cognitivo y social, y permite comprender lo que verbalmente es difícil comunicar.

El juego implica espontaneidad y confianza, comprometiendo al cuerpo y facilitando una experiencia creadora. Permite expresar agresión, controlar la ansiedad, adquirir experiencia, integrar la personalidad, reuniendo objetos o fenómenos de la realidad exterior y usándolos al servicio de la realidad interna.

Por otra parte aporta placer, mejorando así la regulación emocional y reduciendo los niveles de estrés, al mismo tiempo que aumenta la flexibilidad mental y la creatividad. Se trata de una técnica terapéutica en sí misma, y especialmente indicada en casos de trauma.

Correlato neurobiológico ¿Qué ocurre en el cerebro cuando jugamos con la caja de arena?

El primer contacto despierta la motivación a través de los circuitos del placer (estriado ventral, accumbens). Cuanto menor sea la actividad de la amígdala, menor ansiedad y mayor posibilidad de disfrute.

Cuando damos las instrucciones sobre el uso de la caja de arena, se activan tanto la memoria implícita como la explícita: perceptiva (córtex occipital) y semántica (córtex temporal), episódica (hipocampo derecho). Las figuras serán atractivas en función de la sintonía con recuerdos implícitos/explícitos (ínsula, córtex prefrontal ventromedial y cingulado).

La construcción de la escena implica el mantenimiento de la atención y memoria de trabajo (córtex prefrontal dorsolateral) junto al procesamiento de estados internos (córtex prefrontal ventromedial y cingulado anterior).

Respecto al funcionamiento de los dos hemisferios cerebrales, durante el uso de la técnica, el hemisferio izquierdo está más relajado, ya que no se solicita interacción a través de la palabra (sí ocurre en terapias como la cognitivo-conductual).

No se va a juzgar si el pensamiento es distorsionado, ni se van a censurar “pensamientos irracionales”. Se va a aceptar cualquier expresión emocional. Esto permite un predominio en un primer momento del hemisferio derecho: elegirá figuras conectadas con su historia, sintonizadas con los estados emocionales internos, creará según sus activaciones, guiando la colocación de los elementos en la arena.

Nos interesa en un primer momento activar más el hemisferio derecho, y luego que lo haga también el izquierdo, participando en la construcción de la narrativa de lo que ha ocurrido dentro del elemento contenedor de la caja azul. Para facilitar esta interacción entre hemisferios podemos realizar preguntas abiertas, tipo: ¿Te gustaría contarme algo sobre lo que está ocurriendo?

Esta integración hemisférica va a ser clave en el proceso de elaboración del contenido traumático, que había quedado aislado, pudiendo integrarse en nuevas redes neuronales, facilitando así la superación de los síntomas.

[Video] La caja de arena en psicoterapia

En el siguiente documento gráfico, la propia Dora Kalff, analista Junguiana poco convencional, nos aporta su peculiar concepción de la Caja de arena como técnica proyectiva y terapéutica, capaz de hacer visible lo invisible, ofreciendo espacio y libertad para que el inconsciente se exprese en imágenes concretas.

El reflejo de la realidad interna en el juego con la caja de arena

A continuación ofrecemos para su descarga un excepcional documento firmado por las psicólogas Liliana Alzate y Cecilia Muñoz, en el que se analiza la caja de arena Junguiana como instrumento de juego terapéutico en la infancia bajo el marco de la teoría Kleiniana.

Según sus propias autoras “… se presentan algunas reflexiones sobre la manera de utilizar como instrumento de juego la Caja de arena, desarrollada por la escuela Junguiana a partir del trabajo de Kalff (1980), y utilizarla bajo la teoría de Melanie Klein (1958,1959) para explorar la estructura y el funcionamiento del sí-mismo y los objetos en la realidad interna y externa“.

Un texto de gran valor para quienes muestran interés por la técnica de la caja de arena desde una perspectiva más abierta y enriquecedora.

DESCARGA ESTE RECURSO

Fuente: www.psicopedia.org

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