por Carolina Herrera | Mar 24, 2017 | Uncategorized
Una de las recomendaciones que creo que se debería generalizar y ofrecer tanto a las mujeres que están embarazadas como a las mujeres que acaban de tener un bebé es la de acudir a un grupo de lactancia, ya sea uno creado por madres que amamantan o han amamantado, que normalmente son asesoras de lactancia tituladas, ya sea uno creado por los profesionales de un centro sanitario.
Lo creo porque la información es poder, y lo que una mujer puede recibir en estos talleres es eso, información, para luego tener las herramientas suficientes para actuar, buscar ayuda o lo que haga falta. Prueba de ello es que un estudio reciente demuestra que acudir a estos grupos de lactancia puede recudir a la mitad las visitas por enfermedades en las consultas de pediatría.
El estudio lo han llevado a cabo responsables del taller de lactancia materna del centro de salud Fuente de San Luis de Valencia, que además han constatado que con la información que reciben se asegura la continuidad de la lactancia y se evitan abandonos no deseados (por la madre).
Para hacer el estudio decidieron comparar la frecuencia de visitas por enfermedad en las consultas de pediatría de los lactantes cuyas madres habían acudido al taller de lactancia con la de una muestra aleatoria de niños de la misma edad cuyas madres no habían ido nunca.
En palabras de sus autoras:
Lo más llamativo del estudio fue que los niños que habían venido al taller de lactancia materna acudieron una media de 6,9 veces en un año a la consulta de su pediatra por algún problema de salud, mientras que en los que nunca pasaron por el taller esta media subía hasta 12,06 veces al año, casi el doble.
La razón de ello proviene de dos grandes beneficios, uno que los bebés de esas madres son amamantados durante más tiempo que los bebés de madres que no reciben ese apoyo (y ya se sabe que los bebés que maman menos tiempo tienen más riesgo de padecer infecciones) y otro, quizás más importante en este asunto (es mi percepción), que las madres que acuden a estos grupos tienen más seguridad en lo que hacen y en sus capacidades a la hora de cuidar a sus hijos.
Maite Hernández, pediatra del mencionado centro, cuyo taller de lactancia tiene cada año más madres asistentes, comenta lo siguiente:
El amamantamiento es el patrón de oro de la alimentación del lactante y el niño pequeño. Pero en una sociedad como la nuestra en la que hemos perdido la cultura de la lactancia, las madres que amamantan a menudo no reciben el apoyo necesario y, cuando surge algún problema, no tienen a quién consultar. La pérdida de lactancias es un problema de Salud Pública que iniciativas como ésta pueden paliar.
Así que ya sabéis, si queréis recibir información, si queréis tener poder de decisión, si queréis saber cuáles son algunos de los problemas que podéis tener cuando seáis madres o si queréis solventar algunos que se están presentando ahora que ya lo sois, no dudéis en buscar un grupo de lactancia, sobretodo porque no es una charla, no es un lugar donde escuchar el «ladrillo» y quedarte con cuatro cosas, sino porque es un lugar al que acudir cada semana y donde el mayor apoyo proviene muchas veces de otras madres que han vivido lo mismo, y la experiencia puede ser a veces más valiosa que la teoría.
Fuente: www.bebesymas.com
por Carolina Herrera | Nov 15, 2016 | Uncategorized
Cada vez más padres se involucran desde el embarazo en la evolución física, cognitiva y emocional de sus hijos, ayudando y acompañando a la madre en cada proceso, vivenciando el desarrollo de este nuevo ser, apoyando y compartiendo cada momento hasta el nacimiento. Luego llega el bebé y la lactancia, es la madre la que tiene la capacidad de alimentar al recién nacido inmediatamente después del parto, por lo que es hacia ella a la que van dirigidas las charlas, cursos, orientación y apoyo en lactancia, dejando al padre muchas veces de lado si su pareja no sabe cómo explicarle lo que este proceso implica o qué y cómo él puede cooperar.
Sin embargo, un estudio científico ha comprobado que esta información y guía, debería ser dirigida e involucrar la participación de ambos padres, debido a que gracias a la cooperación y presencia del padre la lactancia se alarga y las mujeres se sienten más tranquilas y contenidas lactando, lo cual afecta significativamente la calidad de vida del hijo.
Pediatrics (Diario oficial de la Academia Americana de Pediatría) publicó recientemente los resultados de este estudio comparativo que se hizo entre dos grupos de padres por el Instituto de Tecnología de la Universidad de Ontario (Canadá). Con el desarrollo y resultado de éste se comprobó de forma cuantitativa que el apoyo y participación activa del padre, durante el proceso de lactancia materna, es fundamental para que ésta sea exitosa, tenga continuidad y exclusividad después de los tres meses de nacido el bebé.
Demostró que los padres al adquirir conocimientos y técnicas de cómo ayudar, y en qué se basa el apoyo/ayuda paterno, durante esta etapa se vuelven más conscientes de su capacidad cuando las madres entre el cansancio, la recuperación del parto y este nuevo hijo no son capaces de traspasar información para que ellos participen más y mejor de este hermoso proceso, donde un padre informado y entrenado es capaz de apoyar, aconsejar y ser el mejor aliado para la madre y el hijo lactante.
Esto abre una nueva puerta para aumentar la conciencia del apoyo masculino en la gran tarea de dar pecho, los que muchas veces se sienten relegados y sin saber cómo ayudar a sus parejas. A través de esta investigación, se observó cuánto más participativos se vuelven los padres cuando se sienten informados en comparación a los padres que poco sabían sobre lactancia.
La autora sostiene que “Las mujeres se van a casa rápido después del parto y mientras se recuperan del trabajo de parto y el nacimiento, tienen que aprender a amamantar, es por esto que considera que puede ser muy útil la participación de los hombres en ese aprendizaje, a través del conocimiento de cómo funciona la lactancia materna, cómo ubicar al bebé en el pecho para dar comodidad a la mujer y cómo saber si el bebé está comiendo y si es en la cantidad adecuada”
El estudio demostró que las mujeres que tenían parejas informadas que las apoyaban y compartían la pa/maternidad a través del apoyo en la lactancia, la compañía, la comunicación y la repartición de los cuidados del bebé y del hogar, eran más propensas a amamantar a sus bebés por más de tres meses.
Además de ayudar físicamente con la lactancia como en la colocación en el pecho materno, Jennyfer Abbass-Dick (Phd), principal autora del estudio, concluyó que los padres pueden participar de la atención del bebé y las tareas del hogar, de escuchar las preocupaciones de las mujeres y acompañarlas mientras alimentan a sus hijos, ya que las madres contenidas por sus parejas tienen más potencial de perseverar en la lactancia a pesar del cansancio, la frustración y las inseguridades que conlleva el estado del puerperio.
¿Cómo se realizó el estudio?
El equipo organizó en dos grupos a 214 madres primerizas con sus parejas. Un grupo accedió a la orientación hospitalaria habitual sobre la lactancia materna y cualquier otra ayuda que pudieran obtener en su comunidad.
Las parejas del segundo grupo también se reunieron en el hospital durante 15 minutos con un especialista en la orientación hospitalaria que recibieron los padres del primer grupo, y a esto sumaron folletos instructivos, un video práctico explicativo y la dirección de un sitio online con información sobre las técnicas para amamantar, recursos en la comunidad y una guía de cómo los padres pueden colaborar.
Los investigadores les mandaron correos electrónicos a los hombres y las mujeres del segundo grupo mientras los bebés tenían una y tres semanas de vida. Cuando los bebés tenían dos semanas de vida, llamaban a los padres para recordarles los recursos de consulta disponibles y responder dudas.
El resultado arrojó una diferencia de prevalencia en la lactancia materna luego de los tres meses, ya que el 96% de las madres del segundo grupo seguía amamantando a los tres meses, comparado con el 88% de las mujeres del primer grupo control.
Los padres “entrenados” estaban más confiados en su capacidad de colaborar con la lactancia que los padres del grupo control inmediatamente después del parto y a las seis semanas de vida del bebé.
Más mujeres del segundo grupo que del primero dijeron que sus parejas las habían ayudado con la lactancia en las primeras seis semanas y que estaban satisfechas con esa colaboración.
Por lo tanto, se debe incentivar a los hombres a informarse, a tomar el rol preponderante que les corresponde como padres, y a que los centros médicos, doctores, matronas, doulas, asistentes de lactancia, etc, incluyan de forma activa en el aprendizaje a los padres en post de una lactancia prolongada, y no relegar esta responsabilidad sólo a la madre, como la única encargada de esta tarea, porque el padre puede y debe participar en función de la salud tanto de la madre como del hijo.
Debemos recordar que la lactancia materna, proporciona nutrientes esenciales y protección inmunológica al bebé, y que tanto para la salud de la madre como del hijo este es un proceso natural y fundamental, donde con la activa participación del padre se puede apuntar hacia la lactancia materna exclusiva, donde el bebé recibe los nutrientes esenciales para su desarrollo físico y emocional, ya que se sentirá amado, contenido y abrazado por sus dos progenitores, generando un apego saludable y consciente que servirá de bases para todo su vida. El papel del padre es principal, pues puede ofrecer un apoyo único, tanto a la madre como al niño, para configurar el llamado “triángulo de la lactancia”, triada fundamental donde el padre apoya, participa, acompaña y se responsabiliza de los cuidados de su hijo y su entorno lo más posible.
Este estudio científico que logró cuantificar el rol del padre en la lactancia, coincide con los documentos orientativos que hay sobre este tema entregados por la Alianza Mundial Pro Lactancia Materna (WABA por sus siglas en inglés) y la Liga de la Leche internacional, los que aseguran que el padre debe tener un rol importante y nada pasivo en la primera etapa de la alimentación de su hijo.
Estas asociaciones han editado un documento con diferentes orientaciones que los padres pueden seguir mientras el niño se alimenta de leche materna. Se trata de directrices, que no serán aplicables a todos los casos por igual.
Se podrían resumir en los siguientes puntos:
- El padre puede responsabilizarse de más tareas domésticas.
- Deberá encargarse de vigilar y cuidar a los hijos mayores mientras el bebé mama.
- Puede responsabilizarse, junto a la madre, del baño y del cambio de pañales del pequeño.
- Cargar el bebé en brazos o portearlo es una forma muy positiva de que padre e hijo estrechen lazos.
- El apoyo emocional a la pareja es un factor de vital importancia.
- El padre deberá solicitar las vacaciones necesarias para acompañar a la familia durante la lactancia tanto tiempo como pueda.
Para más información los futuros padres pueden consultar sobre el “Rol del padre en la lactancia” publicado por la Liga de la leche internacional.
Queridos padres con esto ya saben que aunque sea la madre la que se coloque al bebé en el pecho ustedes también son un pilar fundamental para este hermoso y vital proceso. Informarse, apoyar, ayudar y contener con pilares que sólo ustedes, con su energía masculina, pueden brindar para el bienestar y completud del triángulo de la lactancia. Y nosotras como madres debemos aprender a incluirlos, incentivarlos y aceptar esta ayuda fundamental para lograr una exitosa lactancia materna.
Abrazo a todos los pa/madres que comienza y viven la etapa de lactancia.
Sally Gabor.
Fuente: www.mamadre.cl (Por Pamela Labatut Hernandez)
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