por Carolina Herrera | May 17, 2017 | Uncategorized
Autor: Cristina Espinoza
Distorsión de la imagen corporal provoca el fracaso en los tratamientos contra la obesidad. Se da sobre todo en sectores bajos, pero en los altos ocurre al revés, los ven más gordos de lo que son.
El último Mapa Nutricional 2016, encuesta elaborada por la Junta Nacional de Auxilio Escolar y Becas (Junaeb), señaló que el 26,4% de los alumnos de entre cinco y siete años tienen sobrepeso en Chile y el 23,9% tiene obesidad. En primero medio, el sobrepeso aumenta a 31,8%, mientras la obesidad llega al 13,4%, siguiendo una tendencia al alza en los últimos años.
Pero para algunas madres, esos números no se condicen con su realidad. Un análisis de investigadoras de la U. de Los Andes -y que incluyó a 129 pares de madres y sus hijos- detectó que la mayoría de ellas tienen una distorsión de la imagen corporal de sus hijos. En otras palabras, no ven el sobrepeso en ellos.
El estudio muestra que el 54,8% de las madres de niños obesos y el 78,3% de las madres de niños con sobrepeso presenta la distorsión, lo que podría repercutir en la escasa adherencia a tratamientos para enfrentar el problema. Llega al extremo de que el 26% de las madres de niños con obesidad los ven eutróficos (en buen estado de nutrición) y el 10% incluso enflaquecidos.
Mariana Nuño, investigadora del Departamento de Psiquiatría de la U. de Los Andes y autora principal del estudio, señala que la imagen mental de las madres hacia sus hijos tiene un carácter subjetivo y con frecuencia no se corresponde con la realidad, una distorsión que se produce por una combinación de causas emocionales, genéticas y neurobiológicas. “Sus consecuencias son muy importantes, ya que generalmente es la madre quien se preocupa de la alimentación y actividad física del niño. Si la madre presenta una distorsión sobre el peso de su hijo y no ve su problema en relación al sobrepeso u obesidad, considerándolo como ‘de peso normal’, no seguirá un tratamiento adecuado, ni se centrará en alimentarlo en forma saludable”, sostiene la psiquiatra.
Patricia Cordella, académica del departamento de Psiquiatría de la U. Católica -que no fue parte del estudio- señala que la distorsión en casos de trastornos alimentarios es la regla, pues implica que hay un mecanismo defensivo que se está usando para no ver la realidad, porque hay otras realidades más urgentes. Agrega que al estar en pleno periodo de desarrollo, “si el niño integra dentro de sus patrones de regulación emocional el comer, es muy probable que quede atrapado en la conducta del comer como regulador emocional, lo que puede usar en la vida, comiendo mucho o no comiendo”, dice.
María Ignacia Burr, psicóloga del Centro de Nutrición y Bariátrica de Clínica Las Condes, comenta que la distorsión de este tipo es más frecuente en sectores de menor ingreso, que en el pasado pasaron por problemas de desnutrición, lo que quedó arraigado en ellos y ven el sobrepeso como algo sano.
“Las mamás de niños de niveles más bajos tienden a normalizarlo, porque tienen incorporada esa idea. Cuesta insertar alimentos con menos calorías en niveles más bajos, lo que no pasa en los más altos, al contrario, lo que se espera en una mamá ABC1 es que el niño sea delgado, que es sinónimo de un niño sano, con control de sí mismo, voluntarioso, deportista”, dice.
“Al revés, muchas madres de clase social alta consultan porque el hijo está gordo y al evaluarlo está normal, está alterada su percepción. Al decirles que está normal o incluso delgado, no lo creen y muestran lo que creen que es un rollo o te dicen que está grasoso, lo que en una niñita causa angustia, porque no cumple las expectativas de la madre de estar delgada y puede llevarla a presentar un trastorno de conducta alimentaria”, dice la nutrióloga Mariana Hevia, coautora del estudio.
Sinceridad en la consulta
Uno de los problemas que aparecen cuando las madres consultan es que suelen decir que los niños comen lo normal, pero al interrogar con más detalle, “se trata de niños sedentarios, que comen a deshora, pasan muchas horas frente a diferentes pantallas; incluso los preescolares frente al computador y celulares por horas”, indica Hevia.
La evaluación se hace tanto con examen físico como con entrevistas, y el tratamiento, que incluye dieta y ejercicios, se debe hacer sin retarlos, derivándolos a un nutricionista o psicólogo si es necesario. “Pero si la madre lo sigue viendo normal o delgado, no hará la dieta y no cambiará los hábitos familiares, con un mal resultado final: llegará a adolescente obeso, con todas las patologías que trae consigo”, enfatiza la nutrióloga.
En general, los padres que distorsionan la imagen de sus hijos, también hacen distorsiones en sí mismos, dice Cordella. “Se ha estudiado que hay familias donde existe mayor tendencia a trastornos de la alimentación en su conjunto y pudieran tener que ver no sólo con trastornos genéticos, sino epigenéticos”. Marcas en el ADN producidas por los hábitos de la ingesta como regulador emocional y no como conducta nutricional.
Fuente: www.latercera.com
por Carolina Herrera | May 10, 2017 | Uncategorized
Por Xóchitl González Muñoz
Nos encontramos en una etapa de transición, en la que poco a poco han ido perdiendo vigencia los modelos utilizados por la generación de nuestros padres y de nuestros abuelos, que se basaban en la imposición y el ejercicio de la autoridad, bajo el entendido de que así, y solo así, se podría educar hijos obedientes.
Sin embargo, y por fortuna, cada vez hay mayor conciencia respecto a los inconvenientes de estos métodos agresivos, y más información sobre las verdaderas alternativas que existen para, a través de una crianza respetuosa, hacer de nuestros hijos personas responsables, empáticas y, sobre todo, emocionalmente sanas.
Un aspecto clave en este sentido es el establecimiento de límites de manera oportuna, asertiva y congruente. Sin embargo, es usual que cuando hablo con los papás sobre este tema surjan muchas dudas; éstas son algunas de las más frecuentes:
¿Cuáles son los beneficios de los límites en los niños?
El establecimiento de límites es fundamental para que los niños se sientan seguros y protegidos. Cuando existen límites claros en casa, los niños saben que son sus papás los que están al mando, y confían en que serán responsables al momento de decidir qué es lo mejor para ellos. En cambio, cuando no hay límites, ¿se imaginan lo que pueden llegar a sentir al darse cuenta de que son ellos mismos quienes tienen el control, y en algunos casos, hasta una mayor capacidad de decisión que sus papás? Sin duda, este tipo de situaciones termina por descontrolándolos a nivel emocional y, consecuentemente, en un sentido conductual.
¿Cuáles son los principales riesgos de no establecer límites?
Cuando no existen límites, o estos no han quedado del todo claros, los niños tienden a volverse apáticos, ya que no alcanzan a reconocer una estructura que los guíe y les sirva de motivación; o tiranos, al no percibir a sus papás como verdaderas figuras de autoridad. Ante esto, lo más probable es que empiecen a presentar diversas conductas en las que prevalece un componente común: la inseguridad. Esto puede llevarlos a experimentar estados de gran preocupación y ansiedad, pues llegan a sentirse responsables de tomar decisiones que realmente corresponden a sus papás.
¿Cuál es la mejor manera de establecer límites?
Es necesario que los niños entiendan que existen reglas y límites en el entorno desde pequeños, de lo contrario, el propio entorno se encargará de que lo entiendan. Sin embargo, es importante encontrar el punto medio y evitar los extremos de ser demasiado exigente o demasiado permisivo. Algo que nunca deben perder de vista es la edad de sus hijos, ya que los límites deben definirse de acuerdo con su madurez y capacidad de entendimiento.
10 recomendaciones para establecer límites eficaces
- Sean congruentes: “no”, significa “no”; y “sí” significa sí. Si como papás no logran ser consistentes, únicamente lograrán confundir a su hijo.
- Definan los límites que quieren establecer entre papá y mamá. Una vez decididos, comuníquenselo ambos a su hijo. No asuman que él tiene claro lo que esperan de él.
- Háganlo divertido. ¡Motívenlo! Plantéenle cada regla como una misión, un reto; a los niños les encanta participar en misiones especiales.
- Destaquen los beneficios que obtendrá una vez que cumpla con cada misión. Por ejemplo: “Papá y yo decidimos que a partir de hoy te irás a la cama a las ocho de la noche; de esta manera irás descansado a la escuela, estarás más contento, terminarás más rápido el trabajo y tu maestra te felicitará”.
- Anticípenlo, explíquenle lo que pasará si la misión falla, estableciendo consecuencias claras y realistas de acuerdo con su edad y con el límite excedido. Recuerden: es muy importante hacer que se cumplan las consecuencias tal y como se las plantearon. De esta manera él aprenderá a partir de la propia experiencia, sin que sea necesario darle un sermón ni llegar a los gritos, y mucho menos a los golpes.
- La estrategia no es infundirle miedo para que haga lo que queremos, sino explicarle por qué es conveniente que haga las cosas como se lo estamos indicando, destacando que no solo él se verá beneficiado, sino muchas otras personas (dar detalles según el caso).
- Establezcan consecuencias, tanto positivas como negativas, que sean lo suficientemente importantes para motivar a su hijo y moverlo a la acción; en caso contrario, la misión estará en peligro.
- Avancen paso a paso. Para lograr grandes cambios de conducta, lo mejor es enfocarse a situaciones específicas, e ir corrigiéndolas de una en una, poniendo toda su atención en ellas.
- Procuren que su postura y lenguaje corporal esté en sintonía con el tono de voz y el mensaje que quieran transmitir a su hijo. También es importante que, al dar una orden, se bajen a su altura y mantengan contacto visual con él para asegurarse de que los esté escuchando y atendiendo.
- Escúchenlo. Nunca dejen de darle la oportunidad de expresar cómo se siente, de esta manera lograrán que tenga confianza en ti y en sí mismo, ya que se sentirá valorado y querido. Entre más seguro se sienta, más hábil será para tomar decisiones.
Xóchitl González Muñoz es directora de
Psicología para Niños, un centro de atención psicológica para niños y adolescentes en la Ciudad de México. Desde 2002 ha diseñado e implementado talleres y conferencias para padres, maestros y profesionales de la salud sobre temas como inteligencia emocional, manejo conductual y pautas de la evaluación diagnóstica, entre otros. Es autora del libro
¿Cómo formar hijos emocionalmente sanos?, y ha colaborado con artículos de opinión en diversas publicaciones. Escribe mensualmente sobre paternidad y crianza para la
Revista del Consumidor.
Fuente: psicologiaparaninos.com
por Carolina Herrera | May 8, 2017 | Uncategorized
Anteriormente en Cómo meditar (parte uno), te contamos cómo prepararte para hacer que tu práctica de meditación sea más provechosa. Continuando con nuestro tutorial, exponemos acá algunos consejos para poner en práctica esta técnica milenaria tan sana y útil para nuestro bienestar personal.
Parte 2: Práctica de meditación
1) Sigue tu respiración.
Lo más básico y universal de todas las técnicas de meditación es la respiración. La meditación con respiración es un gran punto para empezar tu práctica. Elige un punto sobre tu ombligo y enfócate en ese punto con la mente. Siente cómo crece y se encoge tu abdomen al inhalar y exhalar. No hagas un esfuerzo consciente para cambiar tu patrón de respiración, solo respira normalmente.
Intenta enfocarte únicamente en tu respiración. No pienses en tu respiración ni la evalúes de alguna manera (por ejemplo, pensar que una respiración fue más corta que la anterior). Simplemente intenta conocerla y estar consciente de ella.[1]
Algunas imágenes mentales que pueden ayudarte son: imaginar una moneda colocada en el punto sobre tu ombligo subiendo y bajando con tu respiración, una boya flotando en el océano subiendo y bajando al ritmo de tu respiración o una flor de loto posada sobre tu vientre, abriendo sus pétalos cada vez que tomas aire.
No te preocupes si tu mente comienza a divagar, eres todavía principiante y como en todo, llegar a ser bueno para meditar requiere de práctica. Solo haz un esfuerzo para volver a concentrarte en tu respiración e intenta no pensar en nada más. Elimina todo pensamiento y despeja tu mente.
2) Despeja tu mente.
Para meditar, debes centrarte en una cosa como máximo.
Si eres un principiante, podría ser de utilidad que te concentres en una cosa, como un mantra o un objeto visual. Los practicantes más avanzados podrían tratar de despejar su mente por completo.
3) Repite un mantra.
La meditación con repetición de un mantra es otra forma común de meditación, que consiste en repetir un mantra (un sonido, palabra o frase) una y otra vez hasta que cree un silencio en tu mente y te permita entrar a un estado de meditación profunda. El mantra puede ser cualquiera que elijas, siempre y cuando sea fácil de recordar.
Algunos mantras buenos para comenzar son: uno, paz, calma, tranquilidad y silencio. Puedes utilizar la palabra “om”, que significa “yo soy” en sánscrito, o la frase “sat, chit, ananda”, que significa “existencia, conciencia, gozo”.
En sánscrito, la palabra “mantra” significa “instrumento de la mente”. El mantra es un instrumento que crea vibraciones en la mente, las cuales te permiten desconectarte de tus pensamientos y entrar en un estado profundo de conciencia.[3]
Al meditar, repite una y otra vez el mantra en silencio y deja que la palabra o frase susurre en tu mente. No te preocupes si tu mente divaga, simplemente retoma la concentración y vuelve a repetir la palabra.[4]
A medida que entres a un grado de conciencia más profundo, repetir el mantra podría dejar de ser necesario.
4) Concéntrate en un objeto visual simple.
De modo similar al mantra, puedes utilizar un objeto visual simple para llenar tu mente y poder alcanzar un nivel de conciencia más profundo. Esta es una forma de meditación con los ojos abiertos, que mucha gente considera más sencilla cuando encuentra algo en qué enfocar la mirada.
El objeto visual puede ser el que desees, incluso a muchas personas les agrada mirar la llama de una vela. Otros posibles objetos son los cristales, las flores y las imágenes o estatuas de divinidades como Buda.
Coloca el objeto a la altura de los ojos, de modo que no tengas que esforzar el cuello y la cabeza para verlo. Mira solo el objeto hasta que tu visión periférica comience a atenuarse y el objeto absorba tu visión.
Una vez que estés totalmente concentrado en el objeto, sin otro estímulo que llegue a tu cerebro, deberás sentir una sensación de profunda serenidad.[5]
5) Practica la visualización.
Esta es otra conocida técnica de meditación, que consiste en crear un lugar tranquilo en tu mente y explorarlo hasta llegar a un estado de completa calma. Puede ser cualquier lugar que te agrade, pero no tiene que ser totalmente real, puede ser único y personalizado.
El lugar que visualices puede ser cálido, una playa de arena fina, una pradera llena de flores, un bosque tranquilo o incluso una habitación cómoda con una chimenea. Deja que el lugar que elijas sea tu santuario.
Una vez que hayas entrado a tu santuario, explóralo. No es necesario que “crees” tu entorno, ya está ahí. Permite que se presente en tu mente.
Da a tu visualización sonidos y aromas de tu entorno, siente la refrescante brisa en tu rostro o el calor de las llamas calentando tu cuerpo. Disfruta del espacio todo el tiempo que desees, permitiendo que se expanda naturalmente y que se torne más real. Cuando estés listo para concluir, respira profundamente unas cuantas veces y abre los ojos.
Recuerda que puedes volver al mismo lugar la siguiente vez que medites con visualizaciones o simplemente puedes crear un nuevo lugar. Cualquier espacio que crees será único para ti y será un reflejo de tu personalidad.[6]
6) Explora tu cuerpo.
Este procedimiento implica enfocarse en cada parte del cuerpo individualmente y relajarla de forma consciente. Esta es una técnica de meditación sencilla que te permite relajar la mente mientras relajas el cuerpo.
Cierra los ojos y elige un punto inicial en tu cuerpo, generalmente son los dedos de los pies. Concéntrate en la sensación que percibas en los dedos de los pies, haz un esfuerzo consciente por relajar cualquier músculo que esté contraído y libera toda tensión o presión. Una vez que tus dedos estén completamente relajados, ve a los pies y repite el proceso de relajación.
Continúa con el procedimiento por todo el cuerpo, yendo hacia arriba, desde los pies, pasando por las pantorrillas, las rodillas, los muslos, los glúteos, la cadera, el abdomen, el pecho, la espalda, los hombros, los brazos, las manos, los dedos, el cuello, el rostro, las orejas y la parte superior de la cabeza. Tómate todo el tiempo que desees.
Una vez que hayas completado la relajación de cada parte de tu cuerpo, concéntrate en tu cuerpo como un todo y disfruta de la sensación de calma y relajación que has logrado. Enfócate en tu respiración durante algunos minutos antes de concluir tu meditación.[7]
7) Prueba la meditación del chakra del corazón.
El chakra del corazón es uno de los siete chakras, o centros de energía ubicados en el cuerpo. El chakra del corazón se localiza en el centro del pecho y está relacionado con el amor, la compasión, la paz y la aceptación. La meditación del chakra del corazón consiste en ponerse en contacto tus sentimientos y enviarlos al mundo.
Para comenzar, cierra los ojos y frota las palmas de las manos una contra otra para conseguir calidez y energía. Luego, coloca tu mano derecha en el centro de tu pecho, sobre tu chakra del corazón, y coloca la mano izquierda encima.
Respira profundamente y a medida que exhalas, di la palabra “yum”, que es la vibración relacionada con el chakra del corazón. Mientras lo haces, imagina que tu pecho irradia una energía verde brillante en la palma de tus manos.
La energía verde es el amor, la vida y todas las emociones positivas que sientas en ese momento. Cuando estés listo, aleja las manos de tu pecho y deja que la energía se libere de las palmas de tus manos, enviando tu amor a tus seres amados y al mundo.
Siente tu cuerpo desde dentro. ¿Puedes sentir el campo de energía en tu cuerpo, especialmente en tus brazos y piernas? Si no lo sientes, no hay problema, pero reflexiona: ¿cómo podemos mover las distintas partes del cuerpo? Es el campo energético que fluye en nuestro interior. Centrar tu atención en ese campo energético no solo te ayudará a anclarte en el presente, sino también te ayudará a conectarte con tu ser y el río de vida dentro de ti.
8) Prueba la meditación al caminar.
Este tipo de meditación es una forma de meditación alternada que consiste en observar el movimiento de los pies e ir tomando consciencia de la conexión entre tu cuerpo y la tierra. Si planeas llevar a cabo sesiones largas de meditación sentado, te recomendamos hacer una pausa con una meditación caminando.
Elige un lugar tranquilo para practicar tu meditación al caminar, donde haya la menor cantidad de distracciones posible. El espacio no tiene que ser muy amplio, pero deberás poder caminar por lo menos siete pasos en línea recta antes de tener que voltear. Si es posible, quítate los zapatos.
Mantén la cabeza erguida, la mirada hacia el frente y las manos juntas frente a ti. Da un paso lento con el pie derecho. Olvídate de toda sensación en el pie e intenta concentrarte en el movimiento. Después de dar el primer paso, detente por un momento antes de dar el siguiente paso. Solo un pie deberá estar en movimiento cada vez.
Cuando llegues al final del camino, detente completamente con los pies juntos. Luego, gira sobre el pie derecho y da la vuelta. Continúa caminando en dirección contraria, con los mismos movimientos pausados de antes.
Mientras practiques la meditación caminando, intenta concentrarte únicamente en el movimiento de tus pies, del mismo modo que te concentraste en el movimiento de tu respiración durante la meditación con respiraciones. Intenta despejar tu mente y concentrarte en la conexión entre tus pies y la tierra.[1]
Como Meditar (parte 3): La Meditación en tu vida diaria
Fuente: WikiHow
por Carolina Herrera | Abr 3, 2017 | Uncategorized
A continuación, presentaremos en 3 partes, un tutorial que explica paso a paso lo que debes tener en cuenta al momento de meditar. Si bien no hay una receta sobre cómo es hacerlo correctamente, hay algunos elementos que son importantes de considerar para que tu práctica resulte exitosa y gratificante. Vamos con la primera.
Parte 1: Prepárate para meditar
El objetivo principal de la meditación es concentrarse y poco a poco relajar la mente hasta liberar la conciencia. Según vayas progresando, notarás que puedes meditar en cualquier momento y en cualquier lugar, con lo cual lograrás la paz interior pase lo que pase a tu alrededor. El presente artículo te presentará los conceptos básicos de la meditación, lo que te permitirá comenzar tu viaje hacia la luz.
1) Elige un ambiente tranquilo.
La meditación debe practicarse en un lugar tranquilo y silencioso. Esto te permitirá enfocarte exclusivamente en esta tarea y evitará que los estímulos externos invadan tu mente. Busca un lugar donde no te interrumpan durante la meditación, ya sea durante 5 minutos o media hora. No es necesario que el lugar sea tan grande, el vestidor de tu habitación o incluso tu oficina pueden servir, siempre y cuando sea un lugar privado. Para quienes recién empiezan en el mundo de la meditación, es muy importante evitar cualquier distracción externa. Apaga la televisión, el teléfono o cualquier aparato que haga ruido. Si pones música, elige canciones tranquilas, repetitivas y de armonías suaves, de modo que no te desconcentre. Otra opción es encender una pequeña fuente de agua, pues el sonido del agua corriendo puede ser muy relajante. El espacio de meditación no tiene que ser completamente silencioso, por lo que no es necesario recurrir a unos tapones para los oídos. El sonido de la podadora de césped o de un perro ladrando no deberá evitar una adecuada meditación. De hecho, estar consciente de estos sonidos sin dejar que dominen tus pensamientos es un aspecto importante para lograr una meditación exitosa. Muchas personas prefieren meditar al aire libre. Siempre y cuando no te sientes cerca de una carretera muy transitada o de algún sitio ruidoso, podrás sentir paz a la sombra de un árbol o sobre el césped en tu rincón favorito del jardín.
2) Ponte ropa cómoda.
Uno de los principales objetivos de la meditación es tranquilizar la mente y bloquear los factores externos, cosa que podría ser difícil si no estás cómodo porque llevas puesta ropa ajustada o incómoda. Ponte ropa suelta y quítate los zapatos cuando medites.
Ponte un jersey o chaqueta si piensas meditar en un lugar frío. Si no lo haces, el frío que puedas sentir consumirá tus pensamientos y es probable que prefieras detener tu práctica rápidamente. Si estás en tu oficina o en un lugar donde no te puedes cambiar de ropa fácilmente, haz un esfuerzo por estar lo más cómodo posible. Quítate los zapatos, tus calcetines y la chaqueta, abre el primer botón de tu camisa y quítate el cinturón.
3) Decide durante cuánto tiempo deseas meditar.
Antes de comenzar, debes decidir durante cuánto tiempo meditarás. Si bien las personas que ya practican la meditación recomiendan tener sesiones de meditación de 20 minutos dos veces al día, las personas que recién comienzan pueden meditar lapsos cortos como 5 minutos una vez al día. Además debes intentar meditar cada día a la misma hora: ya sea 15 minutos en la mañana al comenzar el día o 5 minutos a la hora de almuerzo. No importa la hora que elijas, pero intenta que la meditación sea una parte impostergable en tu rutina diaria. Una vez que hayas decidido cuál será tu horario de meditación, cúmplelo. No te rindas simplemente porque sientes que no funciona. Te tomará tiempo y práctica meditar de forma exitosa. Por lo pronto, lo más importante es seguir intentando. Aunque quieras tomar el tiempo de tu meditación, no te recomendamos ver constantemente el reloj. Puedes programar una alarma suave que te avise cuando tu práctica tenga que acabar o programa tu práctica para que finalice con cierto evento, por ejemplo, cuando tu compañero se levanta de la cama o cuando el sol empieza a iluminar cierta parte de la pared.
4) Realiza estiramientos.
La meditación implica sentarse en cierto lugar durante un periodo de tiempo, así que es importante minimizar la tensión o presión antes de comenzar. Hacer estiramientos ligeros durante algunos minutos ayudará mucho a que te relajes y preparará tanto tu mente como tu cuerpo para la meditación. Además evitará que te concentres en algún punto de dolor en lugar de despejar tu mente. Recuerda estirar el cuello y los hombros, especialmente si has estado sentado frente a una computadora, y no olvides estirar también la espalda baja. Estira las piernas, especialmente la zona interna de los muslos. Verás que te será muy útil cuando medites en la postura de loto. Podrás encontrar más información sobre estiramientos aquí.
5) Siéntate en una posición cómoda.
Como se mencionó antes, es muy importante que estés cómodo mientras meditas, por lo que es esencial que encuentres la mejor posición. Generalmente, la meditación se practica sentándose sobre un cojín en el suelo, en posición de loto o medio loto. A menos que tus piernas, cadera y espalada baja sean muy flexibles, la postura de loto tiende a doblar la espalda baja y evita que haya un equilibrio en el torso por la parte de la columna. Elige una postura que te permita tener el equilibrio necesario para que permanezcas derecho. Sin embargo, puedes sentarte sin cruzar las piernas, sobre un cojín, una silla o una banca de meditación. Tu pelvis deberá estar lo suficientemente inclinada hacia adelante para que tu columna esté centrada sobre las dos zonas óseas de tus glúteos. Este punto sostendrá tu peso. Para inclinar la pelvis en la posición adecuada, siéntate en el borde delantero de un cojín grueso o coloca algo de aproximadamente 8 a 10 cm (3 a 4 pulgadas) de grosor debajo de las patas posteriores de una silla. Las bancas de meditación generalmente están hechas con un asiento inclinado. Si tu banca no es inclinada, coloca algo debajo para inclinarla hacia adelante aproximadamente 1 cm (1/2 pulgada). Los más importante es que estés cómodo, relajado y que tu torso esté equilibrado de modo que tu columna soporte todo tu peso desde la cintura. Inclina la pelvis hacia adelante. Luego, comenzando desde la parte baja, coloca las vértebras de tu columna de forma que descansen una sobre otra y soporten todo el peso de tu torso, cuello y cabeza. Se necesita práctica para encontrar la posición que te permita relajar el torso casi completamente y solo un leve esfuerzo para mantener tu equilibrio. Cuando sientas tensión, relaja esa zona. Si no puedes relajarla sin dejar la postura, verifica la alineación de tu postura e intenta retomar el balance de tu torso de modo que el área afectada se relaje. La posición tradicional de las manos consiste en colocar las manos sobre tu regazo, con las palmas hacia arriba, con la mano izquierda encima de la derecha. Sin embargo, también puedes dejar reposar las manos sobre las rodillas o dejarlas sueltas a ambos lados. Elige la posición que prefieras.
6) Cierra los ojos.
La meditación puede realizarse con los ojos abiertos o cerrados, aunque como principiante lo mejor sería que intentes meditar con los ojos cerrados. Esto bloqueará cualquier estímulo visual externo y evitará que te distraigas, ya que estarás enfocado en la tranquilidad de tu mente. Una vez que te acostumbres a la meditación, podrás probarla con los ojos abiertos. Esto puede ser muy útil si sientes que vas a quedarte dormido, que te concentras demasiado con los ojos cerrados o si vienen imágenes desagradables a tu mente (lo que les sucede a muy pocas personas).[1] Cuando mantengas los ojos abiertos, deberás hacerlo “suavemente”, es decir, sin enfocarte en nada en particular. Sin embargo, no deberás entrar en trance o quedarte con la mirada pegada a algo. El objetivo es sentirse relajado, pero alerta.[2]
Cómo Meditar (parte 2): Práctica de Meditación.
Fuente: WikiHow
por Carolina Herrera | Mar 31, 2017 | Uncategorized
Hoy quiero hablarte de la importancia de un juego simbólico de calidad. ¿De calidad? ¿Qué significa esto? La calidad del juego de los niños depende del entorno que tienen alrededor y de los elementos de juego que tienen a su alcance.
¿POR QUÉ LOS NIÑOS DEBERÍAN TENER UN JUEGO SIMBÓLICO DE CALIDAD?
-Porque a través del juego simbólico consiguen canalizar las experiencias que reciben del mundo. Cuanto más sencillo y consistente sea el juego más ayudaremos a que el niño se exprese de forma libre y ordenada.Cuando en el entorno hay demasiadas cosas de mala calidad y desordenadas el niño canaliza y da forma a sus ideas de forma desordenada. Si quieres saber más sobre los beneficios del juego simbólico puedes leer esto.
-Cuando el niño vive rodeado de muchos juguetes deja de valorar sus elementos de juego y este pasa a convertirse en un juego de sacar cosas. Demasiados impactos mal organizados.
-Los materiales de los elementos de juego también son muy importantes. El juguete debe reflejar valor y consistencia. Debería tener unas ciertas propiedades de peso, emanar calidad e incluso delicadeza. Cuando los juguetes son de mala calidad o su componente principal es el plástico los niños aprenden a tratarlos de forma brusca, ya que el juguete no se rompe aunque lo golpee fuertemente. Cuando transmiten mala calidad el niño les da justo el valor que reflejan.
¿QUE REQUISITOS DEBERÍAN CUMPLIR LOS ELEMENTOS DE JUEGO SIMBÓLICO PARA FOMENTAR UN JUEGO DE CALIDAD?
–Deberían ser sencillos. Cuanto más sencillo sea el juguete más hará la mente del niño.
–Deberían presentarse de forma ordenada y accesible. (Por ejemplo si son construcciones podemos ponerlos en cestas. Podemos organizarlos en estanterías por temáticas.)
–Deberían estar hechos de elementos naturales o ser elementos naturales directamente. La madera es un buen material para los juguetes de un niño. Puedes utilizar también piedras, piñas, agua, tierra, palos…
–Deberían ser neutros o transmitir realidad al niño: Los juguetes que ofrecemos a los niños deberían ser lo suficientemente ambiguos para que ellos puedan crear en su mente diferentes historias. En caso de dar al niño juegos temáticos deberían seguir sus intereses y transmitir realidad al niño.
ERRORES CLÁSICOS QUE SOLEMOS COMETER A LA HORA DE OFRECER JUEGO SIMBÓLICO A LOS NIÑOS EN CASA
–Amontonar sus juguetes:
Los amontonamos en cubos o arcones. La propia forma de presentar los juguetes ya les resta valor. El entorno es importante.
Imagina que entras en una tienda de ropa cara. Todo está tremendamente ordenado. Hay poca ropa y está exquisitamente presentada. La propia presentación y el entorno transmiten valor al material. Si la misma ropa la ves en el mercadillo amontonada encima de una mesa o en el suelo seguramente no te va a gustar igual.
–Tener demasiadas cosas:
Cuando los niños reciben juguetes continuamente dejan de valorar lo que tienen. Lo ideal sería dosificar los juguetes que les damos. Podemos tener el grueso en una zona fuera de su lugar de juegos e ir rotando. Los juguetes que utilice deberían estar perfectamente ordenados.
Cuando hay juguetes que no usen siempre se pueden donar.
-Tener juguetes de mala calidad:
Ya te expliqué los peligros de rodear a los niños de juguetes de mala calidad. Desordenan su mente, no le permiten creatividad, y el juego pasa a ser destructivo en vez de ser constructivo.
-Crear entornos de juego excesivamente recargados de colores y cosas: Esto produce una sobreestimulación en el niño. Los entornos deberían ser tranquilos, transmitir serenidad y orden, para que interiorice estos conceptos.
–Crear entornos demasiado artificiales:
Les rodeamos de alfombras de plástico, de lámparas extrañas, de peluches, de muebles con caras… Estos entornos confunden al niño. Los niños deberían rodearse de ambientes naturales. Necesitan ese contacto con lo natural. Tener a los niños en mundo fantasiosos y artificiales es un obstáculo para una evolución psíquica natural.
¿CUÁLES SON LAS MEJORES CONDICIONES PARA UN JUEGO SIMBÓLICO DE CALIDAD?
-Entorno tranquilo
-Entorno natural
-Sencillez
-Luz natural o aire libre.
SIGUE LOS INTERESES DEL NIÑO
Siempre debemos procurar seguir los intereses de los niños. En casa, por ejemplo, tenemos un apasionado de los medios de transporte. Así que procuramos ofrecerle un juego simbólico de calidad con este tipo de elementos de juego. Te muestro un ejemplo.
Este es un camión-taller de la tienda Babycaprichos. Ha jugado con él hasta la saciedad. De hecho es uno de los poquitos juguetes que nos hemos traído en nuestro traslado. No ocupa mucho y le permite muchas horas de juego creando sus historias. Me encanta escuchar cómo habla sólo y cuenta todo lo que va pasando.
Este es un ejemplo de vehículo que permite muchas horas de juego. Con elementos de calidad. Es un camión muy consistente. De madera. Permite al niño el orden.
El camión se abre y puede ordenar sus elementos en el interior.
Puede utilizarlo como juguete de arrastre o abrirlo y crear cientos de historias en el taller. El camión tiene un cierto peso, una consistencia. Se nota su valor y el peque también se lo da. Ya está algo desgastado. Ha jugado con él hasta la saciedad. Este desgaste en los juguetes de madera es parte de su encanto. Denota horas de juego e historias. Los juguetes de plástico nunca se desgastan ni tienen saltaduras.
He preparado una pequeña selección de algunos juguetes simbólicos que derrochan sencillez, calidad, ternura e inspiran cientos de horas de juego.
¿Y tú? ¿Eres consciente de la importancia del juego simbólico de calidad?
Fuente: www.pequefelicidad.com
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