Regáñalos de una manera constructiva

Regáñalos de una manera constructiva

Hay ocasiones en que es necesario regañar a nuestros hijos por su mal comportamiento. Y aunque ésta no es la mejor manera de educar a un niño, si sabemos hacerlo de forma constructiva, los regaños o sanciones verbales pueden ser de provecho de vez en cuando.

Para que tengan un verdadero valor educativo, lo primero que debemos cuidar es que los regaños no dañen la autoestima de quienes más queremos. Otro aspecto a tomar en cuenta es que se utilicen en ocasiones puntuales, como cuando el niño ha realizado alguna acción en la que se ha puesto él o a terceros en peligro o se salta reglas y límites de forma reincidente.

Educar a nuestros hijos es un largo proceso en el que se necesita tiempo, mucha paciencia y el uso de diferentes técnicas, siempre evitando que el niño obedezca solo por temor a ser castigado. Disciplinar significa educar fomentando la reflexión y el diálogo, por eso, cuando debamos regañar a nuestros hijos tengamos en cuenta los siguientes puntos, para hacerlo de manera constructiva y eficaz:

  1. El objetivo siempre debe ser educar, no atemorizar ni humillar, por eso debemos hablarles a nuestros hijos sin descalificarlos ni avergonzarlos
  2. Aunque el tono debe ser enérgico y con autoridad, evita alzar la voz
  3. Procura hacerlo en privado, no en público y menos frente a sus amigos
  4. Trata de siempre darles alternativas a la conducta que estés reprendiendo
  5. Háblale de tal manera que fomentes la reflexión, con un lenguaje correspondiente a la edad y madurez del niño, y evitando sermones demasiado largos
  6. Mantén siempre la objetividad y nunca actúes obedeciendo a un estado de ánimo negativo; es decir, sanciona la conducta que quieras corregir pero no descargues en tus hijos el malhumor o cansancio que tengas acumulado
  7. Recuerda que siempre es mejor fortalecer las conductas adecuadas que castigar las inadecuadas
  8. Si queremos que nuestros hijos aprendan a comportarse adecuadamente hay que ofrecerles buenos modelos y ejemplos en casa, no podemos exigir a nuestros hijos que reaccionen de forma tranquila ante las adversidades si nosotros perdemos el control cada vez que hacen algo que no nos gusta.

Fuente: psicologiaparaninos.com

Cómo es KiVa, el exitoso método creado en Finlandia para combatir el bullying que están empezando a usar en escuelas de América Latina

Cómo es KiVa, el exitoso método creado en Finlandia para combatir el bullying que están empezando a usar en escuelas de América Latina

Laura Plitt
BBC Mundo

Da igual si son privadas o públicas, si están en barrios privilegiados o en zonas pobres, en China, Reino Unido o en Uruguay. En la mayoría de las escuelas del mundo se generan -en mayor o menor medida- situaciones de bullying o acoso escolar.

Finlandia -un país líder en temas de educación- no es una excepción a la regla.

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Sin embargo, desde 2009, el acoso en las escuelas de ese país ha disminuido drásticamente gracias a un método revolucionario para combatir estas situaciones en las que un estudiante o un grupo de estudiantes hostiga de forma sistemática a un compañero.

Según un estudio en el que participaron 30.000 estudiantes de entre 7 y 15 años, este sistema desarrollado en la Universidad de Turku, en el suroeste de Finlandia, logró eliminar el acoso en cerca del 80% de las escuelas y lo redujo en el otro 20%.

kiva2Nota de los alumnos del colegio Erik Erikson.Derechos de autor de la imagen ERIK ERIKSON

El éxito de este programa bautizado KiVa (acrónimo de Kiusaamista Vastaan, que en finés significa en contra del bullying) no pasó desapercibido en Europa, donde cerca de 20 países decidieron implementarlo.

Y, ahora, varias instituciones educativas en países de América Latina -entre ellos Argentina, Chile, Colombia y Perú- están empezando a usarlo.

El rol de los testigos

La clave de KiVa es que, a diferencia de las metodologías tradicionales, además de trabajar con las víctimas y los acosadores, «incorpora a los testigos», le dice a BBC Mundo Francisca Isasmendi, psicopedagoga y encargada del programa en el Colegio Santa María de Salta, una de las instituciones pioneras en la implementación de KiVa en Argentina.

Niño solo. Derechos de autor de la imagen. GETTY IMAGES

Hay niños que transitan toda su escolaridad siendo acosados y objeto de burla por parte de sus compañeros. Niño solo. Derechos de autor de la imagen. GETTY IMAGES

Es decir, «toma en cuenta a las personas que se quedan calladas y sufren pasivamente el acoso».

«Porque si bien a nadie le gustar ser partícipe de una situación donde se violenta a una persona, muchos chicos no saben qué hacer para salir del paso o cómo defender a la víctima», añade Isasmendi.

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Aunque los testigos no son los protagonistas obvios de la historia, con su silencio o sus risas refuerzan el poder del agresor.

Incidencia del bullying en América Latina

32% estudiantes de secundaria reconocen haber sufrido la rotura de objetos llevados a la escuela


12% – 14% experimentó violencia verbal

10% dice haber sufrido amenazas de un compañero.

8% fue víctima de exclusión social

37,2% de los chicos de sexto grado dice haber sido insultado o amenazado.


CEPAL y Bullying Sin Fronteras (2014)

Si se trabaja con los observadores para que puedan tomar conciencia de su rol en esta situación y estos modifican su comportamiento, el agresor pierde su público.

«Y cuando el grupo lo deja de apoyar y se queda solo, el acosador para», explica la psicopedagoga.

Una vez que se identifica en la clase una situación de acoso, un equipo entrenado trabaja siguiendo un protocolo específico con la víctima, el acosador y los testigos de forma individual, sin enfrentarlos.

Si bien a nadie le gustar ser partícipe en una situación donde se violenta a una persona, muchos chicos no saben qué hacer para salir del paso o cómo defender a la víctima. Francisca Isasmendi, encargada de KiVa en el Colegio Santa María Getty

«El impacto del sistema se siente sobre todo en los acosadores, porque si cambian las actitudes de los demás, (acosar) ya no es tan divertido», le explica a BBC Mundo Tiina Mäkelä, directora del programa KiVa del Instituto Escalae en España y entrenadora del programa en los países de habla hispana.

Antes de que ocurra

Otro componente fundamental -en el que participan todos- es la prevención.

«Esto incluye lecciones y actividades que se imparten dos veces al mes, durante 45 minutos, donde no se habla de casos particulares sino de conceptos generales», dice Tiina Mäkelä

Niños en clase. Derechos de autor de la imagen. ERIK ERIKSON

«A los niños les da gusto definirse como una escuela en la que te tratas bien», dice Galindo, quien implementó el método en su escuela en Querétaro en agosto del año pasado.  Niños en clase. Derechos de autor de la imagen. ERIK ERIKSON

Todas estas actividades apuntan a crear un ambiente amable, generoso y respetuoso con los demás.

Se les enseña a los niños a diferenciar entre un conflicto entre pares (aceptable) y una situación de bullying, que no debe ser tolerada.

Iván Galindo, dueño y director del Colegio Erik Erikson en Querétaro, a dos horas de Ciudad de México, cuenta que actuar antes de que se desarrollen situaciones de bullying fue importante para mejorar el bienestar de los niños en su escuela.

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«Nosotros antes actuábamos cuando nos dábamos cuenta de que algo estaba pasando, cuando la leche ya se había derramado», le dice a BBC Mundo.

«Ahora nos anticipamos al problema y es más fácil identificarlo, porque los niños ya saben de qué se trata» y cómo evitarlo, explica.

Antes actuábamos cuando la leche ya se había derramado. Ahora nos anticipamos al problema y es más fácil identificarlo que antes. Iván Galindo, director del Colegio Erik Erikson

Isasmendi coincide con Galindo.

«Los chicos saben ahora que si están en una situación en la que no se sienten cómodos o se sienten violentados pueden pedir ayuda», dice Isasmendi.

Y este trabajo de prevención y concientización alcanza también a los padres y a los docentes.

«Hay que cambiar la cultura, porque aquí el bullying se toma muchas veces como algo normal y dicen ‘son cosas de chicos, que lo resuelvan entre ellos’. Y, como consecuencia, muchos chicos transitan toda su escolaridad sintiéndose mal», explica la psicopedagoga.

Nota de los alumnos del colegio Erik Erikson.Derechos de autor de la imagenERIK ERIKSON

Nota de los alumnos del colegio Erik Erikson. Derechos de autor de la imagen ERIK ERIKSON

Isasmendi reconoce que es un trabajo lento pero que da resultados, aunque paradójicamente ahora, según su experiencia, parece haber más casos.
No es porque antes no ocurriesen, aclara, sino que «ahora se ven más porque hay una mayor conciencia de que no es normal que esto pase».

De Finlandia a América Latina

¿Pero en qué medida un método creado para una cultura y una sociedad tan diferentes a la nuestra puede brindar los mismos resultados?

«Hay problemas básicos que son iguales en todos los países», dice Mäkelä, aunque reconoce que ciertos aspectos de la metodología requieren aquí más atención.

En América Latina, el método ha sido modificado en algunos aspectos -como en la inclusión de la participación familiar- después de consultar con Finlandia. Niños jugandoDerechos de autor de la imagenERIK ERIKSON

En América Latina, el método ha sido modificado en algunos aspectos -como en la inclusión de la participación familiar- después de consultar con Finlandia. Niños jugando. Derechos de autor de la imagen ERIK ERIKSON

«Los docentes aquí necesitan más apoyo que en Finlandia, porque ellos allí tienen más autonomía y más tiempo para preparar sus clases».

Otro punto es la colaboración con las familias.

«Muchas veces en América Latina, en vez de colaborar se busca a los culpables: la familia culpa a la escuela y viceversa. En vez de buscar culpables hay que buscar soluciones», agrega Mäkelä.

En el caso de la escuela de Salta, involucrar a las familias ayudó a agilizar los cambios.

«Nosotros necesitamos que las familias participaran porque notamos que cuando lo hacían, veíamos cambios muchos más rápidos», cuenta Isasmendi.

En un ambiente ameno y relajado, el aprendizaje se hace más fácil. ClaseDerechos de autor de la imagenGETTY IMAGES

En un ambiente ameno y relajado, el aprendizaje se hace más fácil. Clase. Derechos de autor de la imagen GETTY IMAGES

A poco más de un año de su implementación, todavía es temprano para cuantificar el impacto de KiVa en Argentina, pero a juzgar por los testimonios de alumnos y maestros, la mejoría en el ambiente escolar es evidente.

«(Kiva) me hace sentir más seguro y más confiado. Las clases de KiVa me hicieron más empático y más social», dice un alumno de 4º del Colegio Erik Erikson.

«Ha motivado a los alumnos a mostrarse más reflexivos y a tomar más en cuenta al otro», comenta una coordinadora de la misma institución.

Para Isasmendi, se trata mucho más que de una herramienta válida para intervenir en un medio escolar.

"Es más que un programa antibullying. Es una filosofía de vida que apunta al bienestar escolar, a crear un clima de trabajo donde los chicos puedan tener tolerancia y respeto".

«Es más que un programa antibullying. Es una filosofía de vida que apunta al bienestar escolar, a crear un clima de trabajo donde los chicos puedan tener tolerancia y respeto». Derechos de autor de la imagen GETTY IMAGES

Fuente: www.bbc.com

Crea un ambiente de armonía en casa

Crea un ambiente de armonía en casa

Crear un ambiente de armonía en casa tiene que ver mucho con establecer rutinas para los niños, ya que son fundamentales para un desarrollo saludable. De hecho, la construcción de las rutinas permite que el niño interiorice el esquema diario y, por lo tanto, sepa qué debe esperar en su futuro próximo. De este modo se reduce considerablemente la ansiedad, ya que permite que el niño se desarrolle en un ambiente que le ofrece certezas y constancia, asumiendo que sus necesidades serán satisfechas.

Podría pensarse que de esta forma el niño se vuelve dependiente de la rutina y que ésta representa un límite para su autonomía, pero no: la realidad es que las rutinas se convierten en puntos de referencia claros y fijos, permitiendo que el niño aprenda a moverse de forma cada vez más independiente.

Los niños aprenden a “utilizar” el esquema del día que ha aprendido con los padres en el hogar y, con el tiempo, comienzan a aplicarlo a diferentes contextos, adaptándolo a las características de cada ambiente. Así que no representa una estrategia limitante, sino al contrario: ofrece los instrumentos que permitirán al niño adaptarse de forma eficaz a todos los ambientes.

El hogar se ha considerado desde siempre un refugio, un espacio en el que transcurre la mayor parte de nuestra vida y donde podemos liberar nuestro estrés y sacar a relucir nuestra personalidad. Por tanto, la casa ideal para nuestros hijos debe ser acogedora y aportar una sensación de bienestar y seguridad; es decir, un ambiente de armonía. Los niños deben sentir que su hogar es un lugar protegido y estable. De ser posible, también es importante disponer de un espacio al aire libre, como un jardín o un patio, ya que el contacto con la naturaleza es fundamental para que los niños puedan explorar el mundo y aprender lo que hay afuera de nuestras casas. Así podrán jugar de forma segura y libre y, al mismo tiempo, los padres podrán relajarse.

Por otro lado, el niño necesita vivir diariamente situaciones comunicativas que sean estimulantes, gratificantes y sobre todo claras. Esto fomentará un desarrollo sano y equilibrado, a la vez que aumentará la confianza entre padres e hijos (lectura recomendada: ¿Cómo formar hijos emocionalmente sanos?, de Xóchitl González, directora de Psicología para Niños).

Siempre que nos sea posible debemos responder a sus preguntas con naturalidad, utilizando un lenguaje adecuado a su edad. Debemos ser claros y concisos y asegurarnos de que su duda haya quedado resuelta. De este modo, el niño se sentirá apreciado y sentirá confianza de acudir a sus padres para resolver sus problemas o dudas.

Además, un ambiente sereno es fundamental para el crecimiento y para el bienestar psicofísico de padres e hijos. En una atmósfera afectuosa y comprensiva, el niño se siente seguro incluso cuando comete errores. Sabe que puede fiarse de sus padres y de este modo se vuelve más seguro de sí mismo y se siente más motivado.

Para conseguir la serenidad familiar, es importante que los padres aprendan a reconocer y legitimar las emociones de sus hijos, enseñándoles a redimensionarlas y expresarlas de forma correcta.
Amor, comunicación, solidez de los vínculos… estos son algunos de los ingredientes para conseguir la serenidad en la familia. No es un trabajo fácil, pero si el objetivo es crecer juntos y de la mejor forma posible, este es el camino correcto.

Fuente: psicologiaparaninos.com

Cómo meditar (parte 3): La meditación en tu vida diaria.

Cómo meditar (parte 3): La meditación en tu vida diaria.

Hemos llegado al final de nuestro tutorial de cómo meditar. En esta tercera parte, veremos cómo se puede aplicar la meditación a la vida diaria, para que en todo momento nuestra actitud frente a la vida sea diferente.

* Si no has visto el tutorial completo, te recomendamos visitar la parte 1 y parte 2 antes de continuar leyendo esta entrada.

1) Practica la concentración en tu vida diaria.

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La meditación no tiene que limitarse a las sesiones en las que la practicas, también puedes practicar la concentración que esta implica en tu vida diaria.

Por ejemplo, en momentos de tensión, intenta tomarte unos cuantos segundos para enfocarte únicamente en tu respiración y despejar tu mente de cualquier pensamiento o emoción negativos.
También puedes practicar esta concentración mientras comes, siendo consciente de la comida y de las sensaciones que experimentas mientras comes.

Sin importar lo que hagas en tu vida diaria, ya sea que estés sentado frente a una computadora o barriendo el piso, intenta concentrarte en los movimientos de tu cuerpo y cómo te sientes en ese momento. Esto significa vivir conscientemente.[8]


2) Lleva un estilo de vida saludable.

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Un estilo de vida saludable puede contribuir a que realices sesiones de meditación más efectivas y con mayores beneficios. Así que intenta comer sano, hacer ejercicio y dormir mejor. Además debes evitar ver mucha televisión, beber o fumar antes de meditar, ya que estas actividades pueden nublar tu mente y no permitirán que logres el nivel de concentración necesario para una buena meditación.[9]


3) Lee libros espirituales.

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Aunque no es para todos, algunas personas consideran que leer libros espirituales y escrituras sagradas puede ayudarlas a entender con mayor profundidad la meditación y a esforzarse a encontrar la paz interior y el entendimiento espiritual.

Algunos libros con los que puedes comenzar son: La mente despierta: Cultivar la sabiduría en la vida cotidiana del Dalai Lama, La naturaleza de la realidad personal de Jane Roberts y Meditación: la primera y la última libertad de Osho.

Si deseas, puedes tomar algunos mensajes de sabiduría que te impacten de algún texto espiritual o sagrado y reflexionar sobre este durante tu siguiente meditación.


4) Asiste a clases de meditación.

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Si no estás seguro de cómo comenzar cuando meditas en casa, asistir a clases de meditación guiada con un profesor experimentado puede ser una buena idea.
Existen clases de la mayoría de los tipos de meditación, pero también puedes ir a un retiro espiritual donde tendrás la oportunidad de probar diferentes tipos de meditación y ver cuál es el mejor para ti.


5) Intenta meditar a la misma hora todos los días.

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Es importante que hagas un esfuerzo por realizar tu práctica de meditación a la misma hora cada día. De este modo, la meditación se convertirá rápidamente en parte de tu rutina y sentirás sus beneficios con mayor profundidad.

Las primeras horas de la mañana son las mejores para meditar, antes de que tu mente se sumerja en la tensión y las preocupaciones del día.

No te recomendamos meditar justo después de comer, ya que podrías sentirte incómodo, lo que interferirá en tu concentración.


6) Piensa que la meditación es un viaje.

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El propósito de la meditación es calmar la mente, lograr la paz interna y con el tiempo alcanzar una dimensión espiritual mayor, con frecuencia simplemente entendida como el ser.

Sin embargo, es importante tomar en cuenta que puede tomar años de práctica lograr el nivel de conciencia que experimentan los yoguis y los monjes. Esto no es tan importante.

La meditación es un viaje, similar a escalar una montaña, donde cada paso que des en el sendero a la iluminación te llevará más cerca a la cima.

Cuando comiences, no deberás sentirte muy preocupado por la calidad de meditación. Siempre y cuando te sientas más calmado, más feliz y con más paz al final de la práctica, sabrás que tu meditación fue exitosa.[10]

Consejos

  • No permitas que tu voz interna se escabulla y entre en tu mente. Obsérvala, no la asocies con tu meditación.
  • Es fácil perder la noción del tiempo cuando se medita. Estar preocupado por el tiempo puede ser un elemento distractor durante la meditación. Algunas personas consideran mejor programar una alarma para que suene cuando termine el tiempo de meditación. Elige una alarma suave. Si es muy ruidosa, el aviso que anticipa el final podría distraerte.
  • Cuando no estés meditando, haz un esfuerzo por ser gentil tanto respecto a tu humor como a tus pensamientos. Notarás que te sentirás más calmado, feliz, con la mente más ágil durante los días que meditaste y notarás que estas cualidades decrecen cuando no medites.
  • No esperes resultados inmediatos. El propósito de la meditación no es convertirte en un maestro zen de la noche a la mañana. La meditación funciona mejor cuando se realiza por sus propios beneficios, sin buscar solamente los resultados.
  • Meditar durante largos periodos de tiempo ha demostrado tener muchos resultados favorables y su práctica continua vale la pena. Algunos de los beneficios son: incrementa la consciencia y concentración, reduce la tensión, proporciona un estado de ánimo más calmado y relajado, mejora la memoria e incrementa la materia gris (neuronas) en varias partes del cerebro.
  • Opta por lo que funcione mejor para ti. Lo que funciona para algunos puede incluir algunas técnicas que no funcionen para ti. No dejes que eso te desanime. Recuerda, ¡relájate!
    Si deseas meditar y te sientes exhausto, cansado, adolorido o simplemente tenso, al punto que intentas meditar pero no puedes, intenta hacer algo relajante. Da un paseo o sal a correr, luego date un baño. Esto ayudará a que liberes las tensiones. Luego, vuelve a intentarlo.
  • Con una buena postura, te será más fácil respirar, ya que tus pulmones tendrán más espacio. De hecho, notarás cómo la mayoría de los músculos del torso te ayudan a respirar mejor, desde el músculo en la base de la pelvis, hasta los músculos del cuello, centrados en el músculo principal para la respiración, el diafragma. Los músculos trabajarán un poco para ayudar al diafragma. Si lo notas, es una buena señal de que estás en la postura adecuada. La postura adecuada es fácil y cómoda. Casi podrás sentir que estás flotando.
    Si te cuesta meditar durante el periodo de tiempo que elegiste, prueba meditar por un tiempo durante lapsos menores. Casi cualquier persona puede meditar durante un par de minutos sin que le sobrevengan pensamientos que lo interrumpan. Entonces, a medida que las aguas de tu mente se calmen, poco a poco prolongarás tus sesiones de meditación, hasta que logres el periodo de tiempo deseado.
  • Algunos beneficios de la meditación no son tan perceptibles para la mayoría de las personas, por ejemplo, poder dormir, luchar contra las adicciones o combatir las perturbaciones mentales (que es más perceptible en personas que han pasado más de mil horas meditando, como los monjes budistas) con mayor facilidad.
  • Recuerda que debes meditar totalmente descalzo sin zapatos y sin calcetines.

Fuente: WikiHow

Cómo enseñar a los niños a manejar la frustración

Cómo enseñar a los niños a manejar la frustración


Por María José Roldán

Psicóloga y Psicopedagoga


No es ser fácil ser niño y menos cuando los adultos se pasan el día tomando decisiones que quizá no gusten a los más pequeños, o en el cole cuando se juega con los compañeros y las reglas quizá no sean las más justas para todos.

Son muchas las situaciones que puede desencadenar en el pequeño sentimientos de frustración que desequilibren su paz interior y le hagan sentir un malestar emocional muchas veces difíciles de controlar.

Qué pueden hacer los padres cuando el niño siente frustración

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Para que el niño aprenda a manejar sus sentimientos negativos de frustración dependerá de cómo los adultos de su entorno las reciban, ya que es de ellos de quienes aprenderá a manejarlas y por tanto a crecer si son recibidas con comprensión y cariño. Un niño al que todo se le prohíbe, al que se le recrimina, al que no se le deja hacer porque no se confía en sus capacidades tendrá sentimientos de frustración y de derrota que difícilmente hará que su autoestima esté reforzada.

Las frustraciones son necesarias en el desarrollo del niño pero siempre en pequeñas dosis, así que hay que buscar el equilibrio entre que el niño tenga demasiadas o ninguna (a causa de la sobreprotección). Pero hay que tener presente que si el niño experimenta frustraciones todo el tiempo puede desencadenar en ansiedad y miedos con respuestas y conductas poco adecuadas.

Si tu hijo se frustra será adecuado que como padres no os pongáis nerviosos y le acompañéis en ese proceso de malestar interno, apoyándole y explicándole las cosas para que las entienda y vea otras perspectivas (siempre teniendo en cuenta su edad). Pero ¿cómo se enseña a manejar la frustración a los niños?

Consejos para que los niños aprendan a manejar su frustración

Son muchas las veces que nuestros hijos se frustran a causa de los padres por cosas que simplemente se podrían haber evitado, pero no me refiero a sobreproteger, sino a evitar un malestar innecesario. A veces la comprensión y el cariño son la mejor estrategia. Aunque también habrá frustraciones que no se podrán evitar por lo que como padres deberás contenerle y enseñarle para que aprenda que tiene seguridad algo que le ayudará a tolerar y confiar en sí mismo.

Para poder conseguir lo citado anteriormente puede utilizar técnicas de relajación y que el niño sepa por qué tiene ese sentimiento de frustración y una vez que pueda identificarlo pueda canalizarlo mejor y a pedir ayuda sólo si es necesario. Una pregunta que se les debe hacer es: ‘¿Qué puedes hacer para no enfadarte y seguir lo que estás haciendo?’. Si es necesario puede hacer un juego de roles para que aprenda a resolver por sí mismo el problema que le aflige y elogiarlo siempre que utilice estrategias ante su frustración.

Fuente: www.guiainfantil.com

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