La tabla de tareas inspirada en la de Montessori para que el niño colabore en el hogar.
Los padres tendemos a considerar a nuestros hijos bebés por mucho más tiempo del que en realidad son. Asumimos tareas como hacerles la cama, recoger sus juguetes o prepararles la ropa aun cuando ellos mismos podrían hacerlas sin ningún problema.
Lejos de ayudarles, estamos perjudicándoles con este tipo de actitud. No les dejamos ser autónomos, crecer, aprender o ser independientes. Es más, nos perjudicamos también a nosotros mismos, ya que además de las tareas del trabajo y las de casa, hacemos las de los niños, llenándonos de estrés, el gran mal que nos azota a los padres. Para evitarlo, en Guiainfantil.com te proponemos esta tabla de las tareas que puede hacer un niño según su edad.
Tareas de tareas para niños para ayudar en el hogar según su edad.
El método Montessori, reconocido por expertos de todo el mundo, tiene como pilar lograr la autonomía del niño. Además, expertos, pedagogos y psicólogos abogan por lo mismo. Los niños pueden vestirse solos, atarse los zapatos, recoger su habitación, poner la mesa, cargar el lavavajillas, hacer su cama… Los padres, en muchas ocasiones no exigimos estas tareas del hogar a los niños y somos nosotros quienes les hacemos perezosos y poco responsables.
Sin embargo, para que un niño sea responsable debemos dotarle de la capacidad de ser autónomo, que sea capaz de hacer sus tareas del hogar, y hacerlas bien. Sin embargo, no podemos exigir a un niño de 2 años que haga su cama, o a uno de 4 que saque a pasear al perro. Es importante tener en cuenta la edad o el momento madurativo del niño para exigirle responsabilidades.
En Guiainfantil.com hemos elaborado esta tabla de tareas del hogar que muestra qué tareas puedes pedirle a tu hijo según su edad. Ah, y no esperes a mañana, tu hijo puede comenzar hoy mismo, imprímela y recuérdala cada día.
Imprime la tabla de tareas que puede hacer tu hijo.
Cómo lograr que los niños cumplan la tabla de tareas del hogar
Esta tabla de tareas está inspirada en la tabla Montessori, sin embargo, en Guiainfantil.com la hemos adaptado según nuestra experiencia y la de los expertos que hemos consultado. Hacer que la cumplan puede resultar tarea difícil, pero no lo será si somos constantes y llevamos a cabo estos consejos:
Refuerzo positivo: es muy importante que recordemos a nuestros hijos lo bien que están haciendo las tareas del hogar. Alabar y elogiar el trabajo del niño tiene un impacto espectacular sobre él.
Explicarles cómo se hacen las tareas: no podemos dar por hecho que han de saber hacerlas, hemos de enseñarles a guardar sus juguetes, a doblar su ropa o a fregar los cacharros. Acompañarles y guiarles en las tareas del hogar es fundamental.
Ser un ejemplo: si nosotros somos desordenados, dejamos para mañana nuestras tareas o protestamos cada vez que hemos de llevarlas a cabo, los niños imitarán nuestra conducta y se volverán perezosos.
Ten en cuenta la capacidad de tu hijo: no hace falta ser fiel a la tabla de tareas del hogar que hemos elaborado, tu puedes crear la tuya propia teniendo en cuenta las habilidades y capacidades de tu hijo. Quizás sea capaz de más a los 5 años, o tengas que bajar el listón.
El catedrático Marino Pérez, autor de «Volviendo a la normalidad», asegura que no hay biomarcador cerebral que justifique el Trastorno por Déficit de Atención.
CARLOTA FOMINAYA – carlotafominaya – Madrid
«No existe. El TDAH es un diagnóstico que carece de entidad clínica, y la medicación, lejos de ser propiamente un tratamiento es, en realidad, un dopaje».Esta es la sentencia de Marino Pérez, especialista en Psicología Clínica y catedrático de Psicopatología y Técnicas de Intervención en la Universidad de Oviedo, además de coautor, junto a Fernando García de Vinuesa y Héctor González Pardo de «Volviendo a la normalidad», un libro donde dedican 363 páginas a desmitificar de forma demoledora y con todo tipo de referencias bibliográficas el Trastorno por Déficit de Atención con y sin hiperactividad y el Trastorno Bipolar infantil. Lo que sí que existe, y es a su juicio muy preocupante, es el fenómeno de la «patologización de problemas normales de la infancia, convertidos en supuestos diagnósticos a medicar».
—En «Volviendo a la normalidad», ustedes ponen el dedo en la llaga, al asegurar que el llamado Trastorno por Déficit de Atención, con o sin Hiperactividad (TDAH), no existe.
—El TDAH es un diagnóstico, cada vez más popularizado, que carece de entidad clínica. Para empezar, no se establece sobre criterios objetivos que permitan diferenciar el comportamiento normal del supuestamente patológico, sino que se basa en apreciaciones subjetivas, en estimaciones de los padres del tipo de si «a menudo» el niño se distrae y se mueve mucho. Más que nada, el diagnóstico es tautológico. Si un padre preguntara al clínico por qué su hijo es tan desatento e inquieto, probablemente le respondería porque tiene TDAH, y si le preguntara ahora cómo sabe que tiene TDAH, le diría porque es desatento e inquieto. Por lo demás, insisto, no existe ninguna condición neurobiológica ni genética indenficada, y sí muchas familias donde no se asume que la educación de los niños es más difícil de lo que se pensaba.
—¿Quiere decir que no hay ninguna prueba médica que lo demuestre?
—No. No existen pruebas clínicas ni de neuroimagen (como TC, RM, PET, etc) ni neurofisiológicas (EEG, ERP) o test psicológicos que de forma específica sirvan para el diagnóstico. Lo que nosotros decimos en esta obra, con toda seguridad, es que no hay ningún biomarcador que distinga a los niños TDAH. No se niega que tengan problemas, pero son niños, que tienen curiosidad y quieren atender a lo que sea, moverse… A sentarse es algo que hay que aprender. No existe ninguna alteración en el cerebro.
—Pero los expertos en TDAH afirman que este trastorno mental/psiquiátrico del neurodesarrollo conlleva ciertas particularidades cerebrales, y niveles anormales de sustancias neurotransmisoras…
—Pudiera haber diferencias en el cerebro, como es distinto el cerebro de un músico al de otro que no lo es. Incluso el de un pianista a un violinista. Pero esa diferencia del cerebro no es la causa. El cerebro es plástico y puede variar su estructura y su funcionamiento dependiendo de las exigencias y condiciones de vida. Un ejemplo muy famoso es del hipocampo cerebral de los taxistas de Londres. Cuantos más años de profesionalidad, más alterada es esa estructura cerebral. ¿Por qué? Porque está relacionada con el recuerdo y la memoria espacial, como es requerido para ser taxista en una ciudad de 25.000 calles como Londres. Lo que se pueda observar diferencial en el cerebro de quien sea, en este caso de niños a los que se diagnostica TDAH, no explica que esa sea la causa del supuesto trastorno, si no que los niños sean más activos e inquietos. Pero algunos padres se agarran o podrían estar interesados en encontrar una diferencia cerebral en los niños que les justifique o exima de responsabilidad en lo que le pasa al niño. Insisto, no hay ningún clínico ni ninguna prueba de neuroimagen que pueda validar un diagnóstico, como no hay evidencia que demuestre que los niveles cerebrales de dopamina o noradrelina sean anormales en niños con este diagnóstico.
—Ustedes también recogen en su obra que muchos clínicos, y hasta laboratorios farmacéuticos, que reconocen que no hay biomarcadores específicos.
—Cualquiera que esté al tanto de las investigaciones no puede dejar de reconocer que en realidad no hay biomarcadores específicos por los que se pueda diagnosticar ese TDAH como una entidad clínica diferencia. En España hay multitud de expertos en el tema que después de defender que es un trastorno bioneurológico, reconocen que no hay bases neurológicas establecidas para el diagnóstico. Y sin embargo mantienen ese discurso. Casualmente, suelen ser personas con conflictos de intereses reconocidos y declarados, que han recibido y está recibiendo ayudas y subvenciones y todo tipo de privilegios de diversos laboratorios. Es decir, muy a menudo los defensores del TDAH mantienen esa retórica a pesar de que no hay evidencia, por un conflicto de intereses que les lleva a sesgar la información por el lado de lo que desean que hubiera en base a los intereses de hacer pasar el trastorno como si fuera una enfermedad que hubiera que medicar.
—La realidad es que el TDAH se acaba de reconocer en la flamente Ley orgánica para la mejora educativa (LOMCE).
—Las instancias políticas, empezando por el Parlamento Europeo, con su «libro blanco» sobre el TDAH, y terminando por su inclusión en la Ley Orgánica de Mejora de la Calidad Educativa (LOMCE), puede que estén dando carta de naturaleza a algo cuya naturaleza, valga la redundancia, está por determinar y que, de hecho, es controvertida. Se está reclamando que se hagan las dotaciones adecuadas que contempla la ley como son ayudas, subvenciones, e incluso rebajas para la adquisición de los libros de texto, ventajas para acceder a becas, quien sabe si hasta para acceder a la Universidad. Mientras, los lobbies de la industria farmacéutica se estarán frotando las manos, viendo como los políticos «trabajan» a su favor. Los políticos creerán que han hecho lo políticamente correcto pero, de acuerdo con lo dicho, sería incorrecto científicamente.
—Usted augura que, a partir de este reconocimiento, habrá muchos interesados en que el niño reciba un diagnostico formal de TDAH.
—Si. Esto mismo que ha pasado en España, de que la Ley otorgue cobertura legal al TDAH, se vio con anterioridad en 1997 en Quebec (Canadá). Allí hicieron un estudio de seguimiento de diagnósticos durante los 14 años siguientes y se encontró que en esa provincia canadiense en concreto, y a diferencia del resto de Canadá, había aumentado exponencialmente el número de niños medicados. Un crecimiento que no se observó en otras enfermedades propiamente infantiles como el asma, donde el porcentaje se mantuvo el resto del tiempo. Además, los niños que tomaban medicación de forma continuada tenían un rendimiento más bajo a largo plazo. Y tenían a su vez otros comportamientos y otras alteraciones como ansiedad y depresión.
—Los efectos secundarios de la medicación es algo que ustedes también citan en esta obra, al señalar que los padres no son muy conscientes de los mismos.
—La utilidad de la medicación, hasta donde lo es, no se debe a que esté corrigiendo supuestos desequilibrios neuroquímicos causantes del problema, como se da a entender, sino a que el propio efecto psicoactivo de la droga estimulante puede aumentar la atención o concentración, como también lo hacen el café o las bebidas tipo Red Bull. La medicación para el TDAH no es, en rigor, un tratamiento específico, sino un dopaje: es la administración de fármacos o sustancias estimulantes para potenciar artificialmente el rendimiento. En cuanto a la salud, estas anfetaminas lo que producen es un efecto inmediato (si es continuado) de aumento de la presión sanguínea y cardiaca, que les puede llevar a tener a la larga más riesgos cardiovasculares. Tampoco les debería sorprender su efecto sobre el retraso del crecimiento. La cuestión es saber que pasa tras años de medicación.
—Si el TDAH no es un cuadro clínico, pero sí un problema de conducta, ¿qué pueden hacer los padres afectados?
—Lo dificil hoy en día es que los padres puedan tener una atención más continuada y sosegada con los niños. Pero la atención y la actividad se pueden aprender, y mejorar. Hay estudios hechos y publicados en la versión americana de Mente y Cerebro con niños pequeños abocados o candidatos a recibir el diagnóstico. Se les enseñaba a los padres a realizar diversas tareas con esos pequeños, con el objeto de educar la atención y su impulsividad. Y se ha comprobado que con estas actividades consistentes en juegos tipo «Simon dice», donde uno tiene que esperar a responder cuando se le pide algo, se ha logrado que los niños mejoren y controlen la impulsividad o los comportamientos que les abocaba al TDAH.
—Mientras tanto, usted señala que las asociaciones de afectados tienen publicidad en sus webs de los laboratorios farmacéuticos implicados en la fabricación de los medicamentos.
—Si usted echa un vistazo a alguna de ellas lo podrá comprobar por usted misma. En mi opinión, las asociaciones de padres y afectados por el TDAH, si no quieren hacerle el juego a otros intereses, debieran tener prohibido en sus estatutos recibir financiación de los fabricantes de medicación, y utilizar como divulgación sus explicaciones y panfletos. Es como si ponemos al lobo a cuidar de las ovejas. Aunque los laboratorios reciban cuantiosas multas por la inapropiada promoción de sus preparados y afirmaciones engañosas acerca de su eficacia, como los 56.5 millones de dólares que tendrá que pagar el principal fabricante de medicamentos para el TDAH, no será nada comparado con los 1.200 millones de dólares que tiene previsto ganar en 2017 con uno de ellos. De estas cosas también hay que hablar cuando se habla de TDAH.
—¿Recomendaría usted alguna lectura a padres preocupados?
—A los padres de niños diagnosticados con TDAH les aconsejaría, sobre todo, que no aceptaran guías cuyos autores y asesores tengan conflictos de intereses con las industrias farmacéuticas. Que busquen guías independientes que cuenten la verdad de lo que se sabe del TDAH y de las implicaciones que tiene la medicación. En España el Boletín de Información Farmacoterapéutica de Navarra ha editado una que se titula Atentos al Déficit de Atención (TDAH) entre la naturaleza incierta y la prescripción hiperactiva. Es una guía que puede ser muy útil para que los padres sepan a qué atenerse o que esperar de los fármacos. Y que ellos decidan.
Cómo beneficia el juego a los niños y qué sustancias segrega el cerebro
Jugar es un placer. Es diversión, entretenimiento. Es un aprendizaje. ¿Algo más? Sí. El juego aporta una infinidad de beneficios a los niños, a todos los niveles (físicos, mentales, sociales…). Pero además, activa el cerebro. Lo mantiene en forma. ¿Quieres saber cómo? Descubre qué ocurre en el cerebro de los niños cuando juegan.
Lo que pasa en el cerebro de tu hijo cuando juega
Si pudiéramos mirar a través de la pequeña cabecita de nuestro hijo, veríamos la cantidad de actividad que se genera en su cerebro cada vez que juegan. El culpable de esto, o más bien la culpable, es la química. El juego genera una serie de hormonas que trabajan en el cerebro de los niños. Cada vez que tu hijo juega, estas sos las sustancias que se activan en el cerebro:
– La Serotonina: Gracias a ella se reduce el estrés. También es la encargada de equilibrar y regular el estado de ánimo.
– La Acetilcolina: Es la sustancia que favorece la concentración, la memoria y por supuesto, el aprendizaje.
– Las Endorfinas y Encefalinas: Encargadas de reducir la tensión neuronal. Es decir, la que transmite al niño calma y felicidad. Es el mejor momento de creatividad del niño.
– La Dopamina: Motiva la actividad física, la que consigue que los músculos reaccionen ante el juego. También participa en la estimulación de la imaginación, la creación de imágenes y seres fantásticos.
Por qué es importante dejar que los niños jueguen
El juego abre las puertas de la imaginación y la creatividad de los niños, les mantiene en forma, les ayuda a generar estrategias y a resolver conflictos y les enseña a crear normas y respetarlas. Es juego es la mejor asignatura para los niños, la más completa. Estas son sus grandísimas ventajas:
– Es desestresante. El juego libera de la presión de los estudios o los deberes.
– Es el mejor vehículo de aprendizaje para los niños.
– Ayuda a establecer lazos sociales.
– Potencia y desarrolla el universo interno del niño.
Jugar, sin más. Jugar al escondite, a los bolos, al cucu-tras. Jugar con los muñecos, con la pelota, o simplemente con la imaginación. Deja que tu hijo sueñe, imagine, juegue con otros niños. Estará aprendiendo, y mucho, de la mejor forma posible: divirtiéndose.
Tras las declaraciones entregadas por la activista Ana María Gazmuri, la doctora entregó sus apreciaciones y lamentó que se discuta un tema médico con personas no instruidas en la materia.
En su visita a la Región, por motivo de un seminario realizado en la Universidad del Desarrollo, la actriz y activista pro cannabis, Ana María Gazmuri, realizó una serie de aseveraciones sobre el uso medicinal de la marihuana en niños y adolescentes.
A juicio de la directora ejecutiva de la Fundación Daya, el utilizar la hierba, por ejemplo, en menores con epilepsia es un riesgo beneficioso, ya que “las convulsiones son mucho más peligrosas que la cannabis”.
Esas declaraciones no dejaron indiferente a la doctora en psicología y directora del Departamento de Psiquiatría de la Universidad de Chile, Anneliese Dörr, quien descartó las aseveraciones de Gazmuri y consideró que “discutir temas de índole científico no puede hacerse de manera light, o sea, no se pude poner a debatir a profesionales de la salud especializados en investigación con personas del mundo artístico”.
Dörr es una voz autorizada. Lleva más de 10 años junto a otros profesionales dirigiendo y coordinando algunas investigaciones que ponen sobre la mesa las reales consecuencias que provoca el consumo de marihuana en adolescentes.
– Ana María Gazmuri afirmó que el tratamiento del dolor a través de cannabis puede abrir una puerta a mejorar las condiciones de vida de pacientes con patologías graves. ¿Comparte esa opinión?
– Primero hay que aclarar que la marihuana nunca ha sido medicinal. Esta planta tiene entre 489 a 500 componentes, según el tipo (índica; sativa), sólo 70 de estos son cannabinoides, y dos de estos (THC y CBD) son los que se están estudiando para ver sus posibles beneficios de salud. El resto de los componentes son sustancias potencialmente neuroactivantes y peligrosas para la salud como terpenos, hidrocarburos, cetonas, entre otros.
Se han realizado varios estudios donde se extraen y sintetizan los cannabinoides bajo estrictas normas y no en la cocina de las casas en modalidades de aceites o alguna otra preparación, y no se ha demostrado que la marihuana sirva para tratar cáncer, inflamación intestinal o mal de parkinson. Es más, está comprobado que ésta incrementa el riesgo de sufrir esquizofrenia.
– ¿Considera que es antojadizo que en la discusión se ponga sobre la mesa sólo las cualidades de aplacar el dolor y no los efectos en el desarrollo cognitivo de los menores?
– En el mundo científico no hay dudas respecto al daño que provoca la marihuana en el cerebro, en especial en las áreas relacionadas con la memoria, el humor y las funciones que tienen que ver con la posibilidad de logro o llegar a término mis intereses y metas propuestas. También se sabe que produce daños en la conformación estructural del cerebro si se consume en la niñez y adolescencia, y problemas funcionales en la adultez. La evidencia científica es aplastante, por lo tanto hay que tener mucho cuidado con desperfilar su uso.
En lo que respecta a su uso como medicina, hasta el momento es bastante discreta la evidencia científica que sostiene que los cannabinoides que se extraen de la marihuana son eficientes para el tratamiento del dolor crónico y la espasticidad. Por su parte, el metanálisis del Jama concluye que existe poca evidencia de calidad científica respecto al uso de cannabinoides en mejora de vómitos y nauseas por quimioterapia, en trastornos de sueño y síndrome de la Tourrette. Este además afirma que el uso de cannabinoides está asociado a un aumento de riesgos adversos en el corto plazo.
– Las declaraciones de Gazmuri, a su juicio, contribuyen a desinformar o quitarle peso a los reales efectos de la marihuana?
– No es serio científicamente que se discuta un tema médico con una persona de un ámbito tan diferente, por importante que éste sea. Esto induce a dejar en el ambiente una igualdad de argumentos que no corresponde, lo que lleva finalmente a la expresión más evidente de posverdad (información o aseveración que no se basa en hechos objetivos, sino que apela a las emociones, creencias o deseos del público). Sólo se instalan ideas que el auditor quiere escuchar.
Lo objetivo es dar a conocer el último informe de la National Surveyon Drug Use and Health de Estados Unidos, donde se alerta acerca que las hospitalizaciones relacionadas con la marihuana en Colorado han aumentado más del 70% desde su legalización, significando un incremento de 30% anual. Es decir, se cuadriplicó el número de adolescentes atendidos de emergencia por intoxicación de marihuana y se experimentó un alza a más del doble en accidentes de tránsito relacionados al consumo de ésta.
El NeuroSpect
– Según la actriz, se demostró que los resultados mostrados por el NeuroSpect, estaban asociados al consumo de alcohol más que al cannabis. ¿Cómo puede refutar esa aseveración?
– La afirmación realizada por la señora Gazmuri respecto al respecto al estudio realizado por la facultad de Medicina de la Universidad de Chile junto a la CLC, es totalmente falsa. En el estudio denominado Efecto marihuana en escolares sobre funciones cerebrales a través de pruebas neuroopsicológicas y neuro-spect (2013), se descartó de la muestra de estudio a aquellos adolescentes con consumo problemático de otras sustancias como alcohol y otras drogas, incluyendo medicamentos. Esto deja en evidencia que no leyó el estudio, y si lo hizo al parecer no entiende sobre metodología de la investigación.
Cuando se lee un estudio científico se debe saber interpretar los resultados, porque un error en la lectura o en la comprensión puede llevar a hacer declaraciones imprecisas, falsas que enlodan la investigación nacional que ha sido reconocida como válida en instancias internacionales
– ¿Siente que nadan contra la corriente en una sociedad que se muestra cada vez más receptiva al uso medicinal de la marihuana?
– Creo que finalmente va a imperar los datos basados en la evidencia científica, y que esta moda “cannábica” tendrá que tener su fin. Esperemos que no sean tantos los dañados por el camino como sucedió con el cigarro, sin embargo, nuestro país ha sido de los más afectados mundialmente por esta ideología. Esta idea que es medicina natural la marihuana no se instaló de manera accidental, detrás hay grupos económicos que quieren hacer su gran negocio, y esto está bastante probado. No ha más que ver la manera que fue financiado en Uruguay la propaganda pro legalización.
Los organizadores esperan que el público masculino comprenda su responsabilidad con hechos que van desde tocaciones, a compartir fotos de mujeres por Whatsapp sin consentimiento.
Por Ignacia Rudolph
SANTIAGO.- «Nos estamos enfrentando a ese público que nos ataca», con estas palabras María Francisca Valenzuela, presidenta del Observatorio Contra el Acoso Callejero (OCAC), se refirió a la iniciativa que este jueves fue lanzada en el Café Literario del Parque Balmaceda.
La campaña organizada por la OCAC, EME Masculinidades y Men Engage Alliance, busca poner en el foco la responsabilidad del género masculino en los abusos sexuales contra la mujer.
Francisco Aguayo, director de EME Masculinidades, asegura que «la mayoría de los hechos de agresión sexual en nuestra sociedad son perpetrados por hombres y eso fue los que nos ha motivado a pensar en una campaña que estuviera orientada a la población masculina».
Según Valenzuela, la propuesta tiene como objetivo hacer un llamado a los hombres a no ser partícipes de la violencia sexual en ningún sentido. «‘No te da vergüenza’ tiene que ver con que cotidianamente muchos varones pueden incurrir en prácticas que producen y legitiman violencia pero que no se dan cuenta», asegura.
Con el lema «si no hay consentimiento, es violencia sexual», los organizadores quieren concientizar acerca de distintos hechos cotidianos que sin el consentimiento de la contraparte femenina, pueden formar parte de una cadena de agresión. Por ejemplo: tomar imágenes de una persona y acosar con frases o tocaciones. Valenzuela incluso señala que el compartir fotos de mujeres en grupos de Whatsapp y que no fueron consentidas, es sinónimo de abuso.
«La idea es problematizar, cuestionar y contribuir a la igualdad y a la erradicación de la violencia sexual contra las mujeres», agrega. Y además, dice que esta propuesta es una de las primeras que no señala a la víctima como responsable de denunciar y alzar la voz, sino que a la sociedad, y con eso a los varones.
Según la presidenta de OCAC, es un desafío importante el hacer una campaña que desde una perspectiva feminista busque hablarle a los hombres.
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