Cómo identificar si tus hijos están realizando demasiadas actividades

Vivimos en una cultura que glorifica el estar ocupados. Nos sentimos importantes cuando llenamos cada minuto del día, y evitamos “perder el tiempo”, como si fuese posible acumular dicho tiempo en un cajón, y usarlo en un futuro, cuando ya no estemos tan atareados y finalmente podamos disfrutar la vida.

También ocupamos la vida de nuestros hijos. En nuestro afán de darles las oportunidades que no tuvimos, los inscribimos en clases de música, danza, karate y deportes. Les buscamos tutores, entrenadores y consejeros que los ayuden a acceder a una vida mejor.

Yesenia Martínez, madre de dos niñas de 13 y 7 años de edad, siempre quiso ser bailarina profesional, pero su familia no tenía los medios económicos para pagar por clases. Cuando su hija mayor cumplió 4 años, Martínez la inscribió en un estudio de danza de North Hollywood, California.

“Primero era sólo ballet y tap, pero después le agregamos hip hop y lyrical. Cuando me quise acordar, estábamos yendo todos los días al estudio”, recordó la residente de Pacoima, California.

Eventualmente el horario de su hija comenzó a afectar a toda la familia.

“Llegábamos cansadas a la casa, y yo todavía tenía que preparar la cena y ayudarla con la tarea de la escuela, que muchas veces no podía terminar”, recordó. La ocupada agenda también comenzó a afectar las calificaciones de la escuela y el presupuesto de la familia.

“Cada año necesitaba zapatos nuevos y trajes para los recitales, hasta teníamos que pagar las entradas para verla bailar en cada show”, indicó.

Eventualmente, la niña perdió interés y ya no quiso seguir bailando. “A veces me pregunto si no la presionamos demasiado”, confesó.

La historia de Martínez es similar a la de cientos de madres que en su afán de darles lo mejor a sus hijos, terminan agobiándolos con actividades y causándoles estrés.

¿Ocupados o agobiados?

Es comprensible que los padres quieran que sus hijos exploren y disfruten actividades extra curriculares. Pero existen ciertas señales que no pueden dejar de atender.

La doctora Michelle Kees, psicóloga de niños y profesora de psiquiatría de la Universidad de Michigan indica que los síntomas de agobio que presentan los niños no son muy diferentes a los que presentan los adultos.

“Los niños que realizan demasiadas actividades sienten mayor ansiedad, se esfuerzan y son más perfeccionistas que otros niños”, señaló.

Kees aconseja que los padres se aseguren de que el niño pase tiempo en familia y que cuente con tiempo no estructurado para jugar y explorar otras actividades, sin sentir presión.

Compartimos otra señales de que tu hijo está demasiado exigido:

  • Síntomas de depresión. Cuando los niños se sienten agobiados tienden a alejarse de familiares y amigos.
  • Cambios en patrones de sueño y de alimentación. Dolores de cabeza o de estómago.
  • Reticencia a participar en actividades que antes disfrutaba, falta de entusiasmo e irritabilidad.
  • Bajas calificaciones en la escuela.

Consejos para padres

  • Tiempo de familia. Asegúrate de incluir tiempo para comer juntos en familia, jugar o salir a pasear.
  • Balance. Todos los miembros de la familia merecen tu atención. No descuides el tiempo que pasas con todos tus hijos, por acomodar las actividades de uno de ellos. Tampoco descuides el tiempo que te dedicas a ti misma. Nunca olvides que “Cuando mamá no está feliz, nadie está feliz”.
  • Flexibilidad. Si un día tu hija se siente demasiado cansada para su clase extracurricular, o tu hijo no quiere ir a un entrenamiento, déjalos tomarse un respiro. El tiempo libre también es fundamental en el desarrollo emocional y mental de los niños.
  • Prioridades. La escuela debe ser una prioridad. Si observas que las calificaciones están empeorando, considera suspender algunas de las actividades extra curriculares. Establece las reglas desde un comienzo y el límite de actividades que tu hijo puede realizar.

 

Fuente: laopinion.com

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