Las crisis son normales en todas las parejas. La comunicación, la empatía y el trabajo personal nos ayudarán a superarlas.

La sociedad, las series de televisión, las novelas de éxito y las películas Disney nos transmiten la idea simplista de que las relaciones de pareja se fundamentan en el amor romántico. Sin embargo, la realidad de las relaciones de pareja es otra bien distinta al famoso “amor primera vista” o al falaz “felices para siempre”. En mayor o menor medida, las crisis afectan antes o después a todas las parejas.

Obviamente, sería extraño, además de aburrido e incluso sospechoso, que en una pareja nunca se diera una diferencia de opinión o que sus miembros no tuvieran jamás una discusión. En las parejas, siempre se dan (y deben darse) diferencias, pero en ocasiones, esta disparidad de opinión puede ir creciendo paulatinamente hasta el punto de estallar en una grave crisis en la que sus integrantes se hallen en la encrucijada de plantearse si existe futuro para su relación.

Justo en esos momentos de crisis, muchas parejas deciden acudir a mi consulta en busca de consejo y de una solución rápida para sus problemas. Sin embargo, como les comento, una crisis de pareja constituye una situación muy compleja, por lo que no se puede resolver con una serie de consejos rápidos enlatados.

Si de verdad estas personas están dispuestas a trabajar para encontrar soluciones efectivas a su crisis, tendrán que profundizar y comprender muy bien toda la historia de su pareja.

Con frecuencia, las crisis de pareja no hacen más que sacar a la luz un cúmulo de problemas que ya existían, pero que no habían sido afrontados con anterioridad. En estos casos, la crisis supone la oportunidad para resolver esos temas pendientes y enriquecer la relación.

Cómo resolver una crisis de pareja

En la cita previa que hacemos antes de comenzar a trabajar, siempre les aclaro a estas parejas que mi objetivo no será el de luchar por mantener a la pareja unida, ni tampoco el de forzar una ruptura. Yo les ofrezco herramientas que han servido a muchas otras parejas y que ellos pueden utilizar para mejorar, día a día, su relación.

Cuando ambos miembros tienen verdadero interés por sanar la relación, mi trabajo para ayudarles se centra en tres pilares fundamentales: comunicación, empatía y trabajo personal.

  1. Comunicación
    La falta de comunicación lleva al distanciamiento entre las personas y deja campo libre para las suposiciones y/o para las interpretaciones erróneas.
    Una comunicación sana implica expresar lo que uno siente en cada momento, transmitir nuestras expectativas y nuestros deseos. Cuanto antes nos expresemos, mejor, de esta forma, no acumularemos resentimientos ni emociones negativas.
  2. Empatía
    Esta es la capacidad de ponernos en el lugar de la otra persona para comprender los motivos por los que, ante diversas situaciones, se conduce de tal o cual forma. La mayoría de las veces, interpretamos las situaciones desde nuestro único punto de vista, sin embargo, si logramos ampliar el foco podremos comprender mucho mejor las causas del comportamiento de nuestra pareja.
    He comprobado ampliamente, que si ambas partes se toman en serio este ejercicio de empatía, sus problemas se reducen enormemente.
  3. Trabajo personal
    Todos cargamos con una mochila
    previa de experiencias, traumas y recuerdos que afectan a cómo interpretamos y cómo nos influyen las situaciones presentes. Esto también sucede en nuestra vida en pareja. Un pequeño enfado puede convertirse en un volcán en erupción si nos roza en alguna herida abierta y no resuelta de nuestro pasado.

Recuerdo el ejemplo de Mario, que entraba en cólera cuando sentía que su pareja no le escuchaba, porque en esos momentos, revivía todas las emociones de las numerosas las veces que no había sido escuchado de pequeño. Su enfado presente era desproporcionado, pero totalmente comprensible si tenemos en cuenta su historia.

Sólo cuando Mario afrontó y trabajó su infancia pudo enfocarse, completamente libre de condicionamientos, en su relación de pareja.

Considero que este último punto es el más importante a tratar, ya que se dirige directamente a trabajar el origen de la crisis y a liberar la carga pasada (y pesada) que nos nubla el presente. Una vez realizada esta labor, podremos ver la relación actual con mucha más claridad.

Resulta fundamental tener presente el hecho de que al igual que sucede con otras relaciones familiares o de amistad, siempre existirán diferencias entre los miembros de la pareja. Estas diferencias pueden ser mayores o menores, y pueden provocar crisis más o menos graves, pero, no debemos centrarnos en evitar estas crisis, sino en estar preparados para afrontarlas de forma objetiva y madura.

Los pasos que hemos comentado anteriormente no evitarán las crisis, pero sí nos proporcionan herramientas nuevas que nos ayudarán a solventarlas de la mejor forma posible.

Fuente: mentesana.es

Abrir chat
1
Escanea el código
Hola 👋
¿En qué podemos ayudarte?