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Para que el niño de entre uno y tres años asiente bien las bases de su posterior capacidad de razonamiento, debe ir ahora asimilando lo que tiene más cercano: su propio cuerpo y los objetos que le rodean. Mediante el juego podrá ir comprobando sus semejanzas, asumiendo sus diferencias y experimentando la graduación entre distintos objetos.
Los ejercicios recomendados para desarrollar el razonamiento lógico de los niños están orientados para experimentar con los conceptos de medida, tamaño, orden, sucesión, grado, etc. Son por tanto, ejercicios matemáticos previos a la clasificación en conjuntos que comenzarán a realizar en sus primeros pasos del colegio.
Niños lógicos: la importancia del razonamiento infantil
En el área lógico-matemática, lo mismo que sucede en otras áreas de conocimiento como el lenguaje, la expresión musical, etc. los conocimientos que se adquieren no se quedan aislados, sino que se relacionan unos con otros. Por ello, cuando el niño aprende algo nuevo, tenemos que incidir en la relación que tiene con lo que sabía anteriormente. Este nuevo conocimiento tiene que formar una estructura clara con los demás.
Si lo pensamos, nos damos cuenta que así funcionamos también nosotros. Tenemos un esquema general de las cosas en el que vamos insertando los conocimientos nuevos. Cuando aprendemos algo especialmente importante y novedoso que se sale de todo marco, solemos decir: «Me han roto los esquemas». El niño también va a ir aprendiendo así.
Dentro de unos años, en el colegio, comenzará a aprender y a estudiar de esta manera. Poco a poco deberá relacionar los conceptos entre sí y con otros conocimientos. Por eso, ahora le diremos que ordenar por tamaños no es lo mismo que ordenar por colores y le explicaremos la diferencia.
Material necesario para los juegos de razonamiento lógico
El material es un elemento de gran ayuda a la hora de trabajar con juegos conceptos lógico-matemáticos con nuestros hijos, pero, de por sí, no modifica el conocimiento del niño. Es decir, sería muy interesante disponer de cubos, poliedros, cajas de medidas y pesos, etc. pero no es imprescindible. El conocimiento lo adquirirá lo mismo con un cubo fabricado en casa que con uno especial para estimulación. Además, existen muchos modelos de plástico, goma espuma o tela, muy económicos.
Cuando el niño está con el material, cuando actúa sobre él, descubriendo mediante sus acciones conocimientos nuevos que, a su vez, modifican y se integran en los que ya poseía, es cuando se logra un conocimiento activo. Esta actividad (manejar piezas, maderas, colores) supone ya un conocimiento.
Ejercicios para desarrollar el razonamiento lógico de los niños
1. Orden por colores
Con este ejercicio se consigue que, a través de la estimulación de la vista, el niño comience a adquirir criterios de asociación.
Colocaremos papeles o cartulinas de color en cuatro partes de la habitación y jugaremos a ordenar los juguetes por colores: la muñeca roja, en la cartulina roja; el tren azul, en la cartulina de su mismo color. Antes, hay que comprobar que los juguetes son de un sólo color o tengan uno claramente predominante.
2. Una selva
Vamos a jugar a imitar sonidos. De lo que se trata es que sigan formándose criterios asociativos, esta vez a través de la estimulación del oído.
Nosotros imitaremos los sonidos de distintos animales, a la vez que enseñamos un dibujo del animal en cuestión. Posteriormente, tras la imitación del sonido, tendrá que ser nuestro hijo quien señale de qué animal se trata. Preparemos antes este juego, no sea que no sepamos imitar algún animal y, ¡menudas risas!
3. Adivina qué es
Con los ojos cerrados, y para estimular el sentido del tacto, haremos que nuestro hijo toque ciertos objetos que forman parte de su vida cotidiana, como pelotas, muñecas, juguetes… e intente adivinar qué es. Con este juego de adivinanzas, asociará la imagen mental que tiene de cada objeto con su forma. También podemos meterlos en un saco para que diga qué objeto es cada uno. Este mismo ejercicio puede realizarse con objetos de distinta textura: toalla, papel, servilleta…
4. Trenecitos
En este ejercicio necesitaremos cubos o cuadrados de colores. Pueden usarse los típicos cubos de los juegos de construcción o hacer nosotros algunos con cartulina de diversos colores. Jugaremos a hacer trenecitos con los cubos del mismo color, que pondremos uno al lado de otro hasta formar una fila. Así comienzan a clasificar y a asociar con el sentido de la vista. Después, podemos hacer trenes con cubos del mismo tamaño. Luego, de distinto tamaño, simulando varios tipos de vagones.
5. A qué sabe
Para este juego usamos cinco vasos con distintos componentes. Uno dulce, con miel y agua. Otro salado, con sal y agua. Otro ácido, con zumo de limón y agua. Otro amargo, con serbal y agua. Otro sin sabor, sólo con agua. Se trata de distinguir sabores. Primero, le decimos los nombres mientras beben cada vaso, luego han de saberlo decir ellos. También pueden hacerlo con los ojos tapados, o ordenarlo por graduaciones de fuerte/menos fuerte. Entre cata y cata, deberán beber un vaso de agua para no mezclar sabores.
6. Vestir serpientes
Estimular el sentido de la vista. Dibujamos una serpiente en una cartulina grande. Consiste en ir vistiéndola con otros trozos de cartulinas o de papel de colores de diferentes formas: triángulos, cuadrados, círculos. Primero, pegamos a la serpiente los trozos del mismo color; luego, con trozos de la misma forma; finalmente, del mismo tamaño. En vez de serpientes se pueden realizar collares de cuentas con un hilo y engarzando los trozos de cartulina o de papel de colores.
7. Mosaicos
Con diversos trozos de cartulinas, o con piezas de juegos de construcción, dejaremos a nuestro hijo que juegue a su antojo. Cuando se haya familiarizado con el material, le decimos que forme figuras fantásticas, verdaderos mosaicos. De lo que se trata es que combine figuras tal y como quiera, aunque no parezca que tenga sentido, para que utilicen el sentido de la vista.
Fuente: www.hacerfamilia.com (Por Beatriz Bengoechea, Psicóloga y Orientadora familiar)
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